Cigarrillos electrónicos y eLiquids

El placer de fumar en el siglo XXI

Es bien sabido que fumar se considera todo un placer y un arte, quedando esto patente en la multitud de rituales y accesorios que podremos ver en manos de todo aquel que se considere un fan de esta rama (algo oscura y mal vista) de la aromaterapia. Y no quiero decir que el hecho de fumar sea medicinal, sino que, al igual que pasa con los líquidos y esencias utilizadas para modificar nuestro ambiente, el placer que nos causa disfrutar de los aromas amargos, dulces, sutiles o exageradamente intensos del tabaco, la marihuana u otras hierbas para fumar guarda similitud con las agradables sensaciones que obtenemos cuando ponemos barritas de incienso, olemos flores, comemos, o simplemente cuando renovamos el aire de una habitación; la nariz y el paladar son una gran fuente de placer, y los humanos lo sabemos.

El problema es que, con los avances tecnológicos y teóricos en el sector de la medicina, a día de hoy es más que sabido que fumar es altamente perjudicial para nuestra salud, tanto por el impacto que tiene en nuestros pulmones, como por el hecho de con el humo cargamos a nuestro cuerpo con multitud de elementos nocivos para el funcionamiento normal de nuestros órganos, empezando por el alquitrán y el monóxido de carbono y acabando por los radicales libres, los múltiples y nocivos aditivos del tabaco comercial o simplemente, cantidad de otros subproductos generados por el mismo proceso de la combustión.

Aquellos que valoran su salud han ido optando por minimizar todo lo posible la cantidad de elementos no deseados en el humo, utilizando papel sin blanqueantes, tabacos orgánicos sin aditivos, filtros para cigarrillos tipo Spliff Stick o Jilters, o incluso eliminando todos los elementos innecesarios y directamente usando pipas, como la archi conocida Amazed, o bien modelos más tradicionales.

Humo vs vapor

Todos estos sistemas presentan mejoras respecto a fumar sin filtro y con papel blanco de toda la vida, pero nada comparable a los beneficios que aporta vaporizar, que directamente elimina la combustión, y consecuentemente, también el daño a nuestro organismo, descartando de un plumazo todos los inconvenientes antes mencionados.

Para la marihuana, hace tiempo que se está expandiendo en el mercado toda una gama de productos especializados, que también pueden ser usados con tabaco (Iolite, Verdamper, Arizer Solo...), pero la última novedad que ha aparecido, y que realmente está calando hondo en la gente son los cigarrillos electrónicos, por su pragmatismo, su sencillez de uso, su discreción, y sobre todo, por su similitud con los cigarrillos tradicionales.

Todas estas características hacen que se esté expandiendo la mentalidad de que los eCigs son una buena herramienta para dejar de fumar tabaco, y apartar al fin la combustión y los cigarrillos de nuestras vidas, eliminando la nicotina de la ecuación.

Funcionamiento de los eCigs y líquidos de recarga

Entonces, que es un eCig? Me conviene probarlo? Me va a doler? Mucha calma.

Los cigarrillos electrónicos no son más que pequeños dispositivos electrónicos compuestos por una batería, encargada de alimentar el sistema e iniciar la vaporización, que se conecta a un pequeño depósito, llamado claromizador, que contendrá el aroma a inhalar, y se encargará de producir el vapor.

Es decir, que con su pequeño tamaño, parecido a un bolígrafo o una estilográfica, dispondremos de total libertad para consumir nuestro sabor preferido durante todo un día (o más!), pero sin contaminar, sin ceniza, sin papel, sin fuego y sin mal aliento, dejando a nuestro alrededor nubes deliciosas que no molestarán a nadie.

Entonces, qué tengo que hacer? Me lo compro y qué?

Muy sencillo. Una vez lo tengamos en nuestras manos, tendremos que llenar el claromizador con el eLiquid que prefiramos. Estos se pueden encontrar en multitud de sabores, des de los más dulces como el eLiquid de fresa o el de cereza, hasta los sabores de tabaco rubio o negro, todos ellos con o sin nicotina, e incluso con distintas concentraciones de la misma, para que podamos ir bajando la intensidad, si queremos dejar esta sustancia, o usar la más potente para hacer menos caladas y ahorrar líquido.

Para hacerlo bastará con quitar la boquilla del pequeño depósito e ir llenándolo gota a gota con el botecito del líquido de recarga. Cuando lo tengamos lo cerramos y estaremos listos para usarlo, pero antes recordemos un par de detalles importantes:

• Un claromizador no equivale a un cigarrillo tradicional NI MUCHO MENOS. Según nuestro consumo, puede que incluso hablemos de hasta 1 paquete de tabaco.
• Un bote de 10ml de eLiquid es suficiente para aproximadamente 5-7 días de consumo
• Las medidas anteriores se deberán tener en cuenta al usar cargas con NICOTINA. Los eliquids sin nicotina no presentan inconvenientes, con lo que podremos usarlos en mayor cantidad sin problema.
• La nicotina es una DROGA, y si nos pasamos de dosis podemos conseguir aumentar nuestra adicción a la misma, además de ponernos de lo más nerviosos, con nauseas y malestar general.
• Estos dispositivos no son aptos para vaporizar resina de marihuana tipo BHO aunque podemos adecuar un atomizador con cúpula para poder vaporizar BHO con este mismo cigarrillo electrónico.

Se recomienda utilizar un claromizador para cada eLiquid, con lo que así evitaremos mezclar sabores o niveles de nicotina, y la vida útil de estos es de aproximadamente un mes de uso intenso. Con el depósito lleno y montado a la batería cargada, podremos empezar a vaporizar o â??vapearâ?, con lo que es el momento de hablar de las funciones del botón.

Botón? Solo tiene uno? Correcto. Y nos servirá para bloquear/desbloquear el dispositivo, pulsándolo 5 veces en menos de 2 segundos en ambos casos. Esto nos facilitará llevarlo en el bolsillo sin miedo a que se nos descargue la batería o que se nos ensucie todo con vapor generado accidentalmente.

Vaporizando con un eCig

Para empezar inhalar, bastará con mantener pulsado el botón unos 3-5 segundos e empezar a inhalar lentamente; si mantenemos pulsado durante más tiempo conseguiremos caladas más densas, hasta un máximo de 10 segundos, momento en que el aparato dejará de calentarse automáticamente, indicándolo con una luz parpadeante. Esto es así para evitar sobrecalentamientos del aparato o del líquido, evitando que nos quememos. La densidad del vapor dependerá de nuestros gustos graduando la calada con el pulsador.

Cuando se nos acabe la batería, bastará con desenroscarla del claromizador, enroscarla al cargador USB incluido, que lo conectaremos a un puerto USB cualquiera, y en un par de horas estará listo (lo veremos con un cambio de color en el indicador luminoso del cargador).

Dada la naturaleza de estos dispositivos, se recomienda esperar a que la batería se haya vaciado del todo para ponerla a cargar, dado que de esta forma alargaremos al máximo su vida útil. Esto es así porque, por su diseño, estos aparatos acostumbran a perder capacidad con el uso y las recargas sucesivas, pero si la tratamos bien, nos durará entre 6 meses y un año sin problema.

De todas formas, resulta muy práctico disponer de más de una batería, lo que nos asegurará que tendremos nuestro eCig siempre listo, sin tenernos que esperar para poder usarlo. Esto no es ningún problema, ya que se venden baterías sueltas a muy buen precio, e incluso de distintas capacidades: la batería incluida es de 650mA, pero podemos encontrar un recambio de batería de eCig de 1100mA o incluso de menor capacidad, de 350mA, para aquellos que busquen la máxima portabilidad.

Bienvenidos al mundo de las esencias aromáticas, di adiós al humo y cuida tu salud!