La Guerra contra la Droga, la más longeva de la era moderna

La Guerra contra la Droga, una iniciativa que comenzó bajo la administración del presidente estadounidense Richard Nixon en la década de 1970, se destaca como una de las campañas más prolongadas y controvertidas en la historia moderna. En un intento por abordar el creciente consumo de drogas ilícitas, especialmente la marihuana y la heroína, esta política gubernamental desencadenó una serie de medidas represivas y punitivas que afectaron profundamente a la sociedad y al sistema judicial. Y todo ello, por qué no decirlo, sin conseguir absolutamente nada.

A lo largo de décadas, la guerra contra las drogas ha ido evolucionando, generando debates sobre su efectividad, sus consecuencias sociales y su impacto en las comunidades más vulnerables. En este artículo te invitamos a explorar los orígenes, la evolución y las implicaciones de esta campaña desde sus inicios hasta el día de hoy, destacando su posición como una de las luchas más prolongadas, complejas - e inútiles - de la era moderna.

Soldado peruano durante una operación antidroga en la zona de Apurimac, en 2011 (Imagen: David Huamani Bedoya)
Soldado peruano durante una operación antidroga en la zona de Apurimac, en 2011 (Imagen: David Huamani Bedoya)

La Guerra contra la Droga y sus precedentes

Normalmente, al hablar sobre la Guerra contra la Droga uno se refiere al periodo de tiempo que abarca desde que Nixon la proclamó en Junio de 1971 hasta el día de hoy, lo que la convertiría en la guerra más longeva de la historia moderna si la entendemos como tal. Sin embargo, estas políticas no se fraguaron durante la década de los 70, sino que evidentes precedentes de ellas son fácilmente detectables en los decenios anteriores.

Tras siglos en algunos casos y milenios en otros de fluida convivencia entre la planta y el ser humano (recordemos que el cannabis es una de las especies vegetales que más tiempo llevan siendo cultivadas por la humanidad), esta dinámica se vio duramente comprometida durante el s. XX. Ya a principios de este siglo, a partir de 1919, se impuso la política prohibicionista con la ratificación de la Ley Seca, que prohibía la venta y uso de alcohol en territorio estadounidense y otras zonas dentro de su jurisdicción.

¿Qué sucedió durante la siguiente década y hasta la caída de esta Ley en 1933? Entre otros, dos fenómenos: primero, que la gente no dejó de beber, y segundo, que para poder hacerlo se crearon auténticas organizaciones criminales dedicadas a la fabricación y distribución de bebidas alcohólicas. En efecto, gente como Al Capone no se hizo rica vendiendo pizza, sino aprovechando las oportunidades de negocio que le brindaba el estatus legal del alcohol.

Durante esta década de los años 30, se publica el documental Reefer Madness (Louis J. Gasnier, 1936), una medida de propaganda anti-cannabis destinada a demonizar tanto a la planta en sí como a sus consumidores. Sólo un año más tarde, en 1937, se prohíbe en los EEUU la producción, uso y consumo de la planta en todo el territorio estadounidense. Después de la experiencia con la Ley Seca, uno podría pensar que se habría aprendido la lección, pero nada más lejos de la realidad; se repetía el error, y además en este caso con clara intención de demonizar también a ciertos grupos dentro de la sociedad americana.

Historia de la prohibición del cannabis

Desde siglos atrás, el cannabis y los poderes legislativos de las distintas culturas han mantenido una relación algo tumultuosa. Si bien aceptado en la mayoría de lugares durante cientos de años, ya en el siglo XIX se empieza a observar una tendencia a la prohibición de esta planta, que condujo a la Prohibición establecida durante el S. XX a nivel global. Hoy vamos a ver los principales factores que llevaron a ésta situación, sus antecedentes, y cómo se consiguió desplazar al cannabis en todos sus ámbitos, desde el recreativo al industrial o al medicinal.

Años 60, Richard Nixon comienza su cruzada anti-cannabis

Sin duda, Nixon ha sido uno de los personajes más ovacionados por los más obtusos prohibicionistas a lo largo y ancho del planeta. Vicepresidente de EEUU de 1953 a 1961, terminó este primer periodo en el gobierno promoviendo la categorización del cannabis como una sustancia altamente peligrosa y adictiva, prohibiendo además cualquier tipo de investigación que pudiera demostrar potenciales beneficios de la planta; queda claro que sus impulsos restriccionistas superaban con creces a sus inquietudes en cuanto a investigación médica y del bienestar.

Pero la auténtica fiesta anti-cannabis la montó el amigo Richard entre 1969 y 1974, ya como presidente del país. Para empezar, en Septiembre de 1969 Nixon anuncia la Operación Intercepción, diseñada para acabar con el tráfico de marihuana en la frontera entre México y EEUU. ¿El resultado? Fracaso total, aunque el nuevo presidente consiguió con este movimiento que el tema de las drogas se convirtiera en un asunto de prioridad nacional.

No contento con este primer fiasco, Nixon hizo su siguiente movimiento, aunque como veremos tampoco acabó de salirle como esperaba. En 1971, Nixon estableció la llamada Comisión Shafer, que en su imaginación iba a encontrar pruebas irrefutables de que el cannabis tenía que ser la yerba que uno encontraba en la antesala del infierno. Bien, pues terrible chasco se llevó. Veamos qué sucedió.

Reefer Madness fue una herramienta de propaganda contra el cannabis y sus usuarios
Reefer Madness fue una herramienta de propaganda contra el cannabis y sus usuarios

La Comisión Shafer, o cómo esconder la cabeza en un hoyo

Como te contábamos, la Comisión Shafer, también conocida como la Comisión Nacional sobre Marihuana y Abuso de Drogas Controladas, fue establecida por el presidente estadounidense Richard Nixon en 1971 en respuesta a las preocupaciones crecientes sobre el consumo de drogas en Estados Unidos, preocupaciones que por otro lado eran sobre todo suyas y de su camarilla. Esta comisión fue nombrada en honor a su presidente, el exgobernador de Pensilvania Raymond P. Shafer.

El propósito de la Comisión Shafer era realizar un estudio exhaustivo sobre el uso de la marihuana y otras drogas controladas en Estados Unidos, evaluando su impacto en la sociedad y proponiendo políticas públicas basadas en la evidencia científica. La comisión estaba compuesta por un grupo diverso de expertos en salud pública, psiquiatría, derecho, ciencias sociales y aplicación de la ley. Hasta aquí todo genial, ¿verdad? Estas cosas hay que estudiarlas, y deben hacerlo expertos. Todo bien.

Sin embargo, y aquí vino el trago de vinagre para Nixon, después de un año de investigación, la Comisión Shafer publicó su informe final en 1972, que llegó a varias conclusiones importantes:

  • Recomendó la despenalización de la posesión y el consumo personal de marihuana, argumentando que el enfoque punitivo no era efectivo y generaba más daños que beneficios
  • Destacó que el uso ocasional de marihuana no era inherentemente peligroso para la salud pública y que las leyes penales severas eran desproporcionadas en relación con el daño real causado por la droga
  • Instó a una revisión de las políticas de drogas para priorizar la prevención y el tratamiento de la adicción sobre la aplicación estricta de la ley

Pues sí, un chasco y de los gordos para Richard. Pero no pienses que estos resultados iban a hacerle cambiar de opinión...A pesar de las recomendaciones de la Comisión Shafer, el gobierno de Nixon rechazó sus conclusiones y continuó con políticas represivas de guerra contra las drogas. Si los informes elaborados por expertos no son adecuados para tu tesis...¡ignóralos! No obstante, y para disgusto y pesar de nuestro protagonista, el informe de la comisión se convirtió en un punto de referencia importante en los debates sobre la política de drogas en Estados Unidos y sigue siendo relevante hasta el día de hoy.

Cannabis en los años 70, una década de cambios

La década de los 70 es sin duda una de las más interesantes en lo que a historia reciente del cannabis se refiere. Pese a los esfuerzos de las autoridades a nivel federal, el cultivo y consumo de marihuana se disparó en los EEUU durante esa década, de manera que mientras políticos y policía iniciaban una auténtica guerra contra la planta, se desarrollaban los primeros híbridos y se empezaban a aplicar técnicas de cultivo hidropónico en jardines de interior, sentando las bases de lo que estaba por llegar en décadas futuras.

¿Qué es exáctamente la Guerra contra la Droga?

La Guerra contra la Droga comenzó oficialmente en los Estados Unidos en la década de 1970, durante la presidencia de Richard Nixon. En un discurso televisado el 17 de junio de 1971, Nixon declaró la drogadicción como "el enemigo público número uno" y anunció la implementación de una campaña agresiva para combatir el tráfico y consumo de drogas ilícitas.

La administración de Nixon promulgó políticas y leyes más estrictas sobre drogas, como la Ley de Sustancias Controladas de 1970, que clasificaba las drogas según su potencial de abuso y uso médico. También estableció la Administración para el Control de Drogas (la famosa DEA, por sus siglas en inglés) en 1973 para coordinar los esfuerzos federales de aplicación de la ley relacionados con las drogas.

Este período marcó el inicio de una era de políticas de drogas más punitivas en los Estados Unidos, que se expandió en las décadas siguientes bajo diferentes administraciones. La Guerra contra la Droga se convirtió en una prioridad nacional y se caracterizó por la aplicación agresiva de la ley, con un enfoque en el arresto y enjuiciamiento de traficantes de drogas y usuarios, así como la implementación de medidas de seguridad en las fronteras para evitar la entrada de narcóticos y a la erradicación de plantaciones de drogas en diversos países.

Aunque la Guerra contra la Droga comenzó en los Estados Unidos, su influencia se extendió a nivel internacional, con otros países adoptando políticas similares para abordar el problema del tráfico y consumo de drogas ilícitas, no sin ciertas presiones por parte de los EEUU. Conforme avanzaba, el conflicto se trasladaba a nivel internacional, estableciendo una auténtica guerra en muchos frentes distintos que implicaban a naciones como México, Colombia o Puerto Rico. Pero Nixon no estaba solo, y a medida que los EEUU presionaban más y más, un número creciente de países se sumaba a sus políticas, como Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido o los ya mencionados México y Colombia, entre muchos otros.

Ha menudo se ha criticado el carácter especialmente represivo de las políticas prohibicionistas hacia determinados colectivos
Ha menudo se ha criticado el carácter especialmente represivo de las políticas prohibicionistas hacia determinados colectivos

¿Conseguirían Nixon y su séquito terminar con el consumo de drogas en el mundo? ¿Podrían el bueno de Richard y su camarilla curar a la humanidad de sus ansias por colocarse? Pues obviamente no, pero mucho nos tememos que esto ya lo sabían antes de empezar su Guerra. Un confilcto todavía abierto a día de hoy y que no tiene pinta alguna de que vaya a conseguir los objetivos de los que lo iniciaron, y que además insiste, en muchos casos y 50 años después, en sus restrictivos puntos de vista.

Consecuencias de la Guerra contra la Droga

Tras la experiencia con la Ley Seca, podría pensarse (sin necesidad de un coeficiente intelectual desmesurado) que prohibir las drogas iba a traer las mismas consecuencias vistas en los EEUU durante la década de los felices años 20. Felices sobre todo para los mafiosos, claro, que amasaron auténticas fortunas y establecieron sus imperios del crimen ahí donde había alguien con ganas de tomar un trago.

Bien, pues tras 50 años de Guerra contra la Droga, hoy podemos anunciar el resultado de tal operación (redoble de tambores): ¡No, no se ha conseguido acabar con el uso, producción y tráfico de drogas! ¡Y sí, han vuelto a aparecer mafias que controlan todo ello y acumulan tasas de poder que en algunos casos rivalizan con el Estado! Bravo Richard y compañía, bravo...menuda sorpresa, ¿no?

Los grandes traficantes de drogas suelen alcanzar grandes cotas de poder, y necesitan armas para protegerlo
Los grandes traficantes de drogas suelen alcanzar enormes cotas de poder, y necesitan armas para protegerlo

Ironías y sarcasmos aparte, a continuación te resumimos algunas de las consecuencias de este conflicto, que por supuesto han sido objeto de debate y crítica por no pocas administraciones:

  • Encarcelamiento masivo: La política de mano dura de la Guerra contra las Drogas ha llevado a un aumento significativo en el encarcelamiento de personas por delitos relacionados con las drogas, especialmente en los Estados Unidos. Esto ha contribuido al problema del hacinamiento en las cárceles y ha generado preocupaciones sobre la justicia penal desproporcionada y el impacto en determinadas comunidades minoritarias. Sí, si metes en la cárcel a alguien por llevar 3 porros encima, vas a tener cárceles superpobladas.
  • Violencia y criminalidad: La lucha contra el narcotráfico ha llevado a un aumento de la violencia y la criminalidad en muchas áreas, especialmente en países donde las organizaciones criminales luchan por el control del mercado de estas drogas. Esto ha llevado a altas tasas de homicidios, secuestros y otros delitos violentos, que por supuesto no se dan en el caso de las drogas legales.
  • Efectos sociales y económicos: La criminalización de las drogas ha tenido efectos sociales y económicos adversos en las comunidades afectadas. Esto incluye la estigmatización de los consumidores de drogas, la marginalización de comunidades desfavorecidas y la pérdida de oportunidades económicas para aquellos con antecedentes penales por delitos relacionados con las drogas.
  • Daños a la salud pública: La Guerra contra las Drogas ha tenido un impacto limitado en la reducción del consumo de drogas y ha llevado a una serie de problemas de salud pública, incluida la propagación de enfermedades transmitidas por la sangre entre usuarios de drogas inyectables y la falta de acceso a tratamientos y servicios de reducción de daños.
  • Desplazamiento y corrupción: En algunos países, la lucha contra el narcotráfico ha llevado al desplazamiento de comunidades enteras y a la corrupción de funcionarios gubernamentales, policías y otras autoridades encargadas de hacer cumplir la ley.

Richard Nixon en plena campaña electoral en Chicago
Richard Nixon en plena campaña electoral en Chicago

Conclusiones

En general, con el paso del tiempo y el creciente uso de eso llamado inteligencia, la Guerra contra las Drogas ha sido objeto de críticas por su enfoque punitivo y su falta de éxito en abordar eficazmente el problema del abuso y el tráfico de drogas, y hoy en día suele verse como un experimento fallido que ha tenido consecuencias devastadoras en múltiples niveles. A pesar de décadas de esfuerzos y miles de millones de dólares gastados, el enfoque prohibicionista y militarizado no ha logrado reducir significativamente ni el tráfico de drogas ni su consumo. En cambio, ha llevado a un aumento del encarcelamiento masivo, la estigmatización de comunidades enteras, el fortalecimiento de organizaciones criminales, y una carga insostenible para el sistema de justicia penal. Por no hablar del gasto que supone. ¿Quizá por eso se montó todo este circo?

Es evidente que la criminalización de las drogas no ha sido efectiva en abordar las raíces profundas del problema y ha generado consecuencias perjudiciales y desproporcionadas en demasiados casos. En lugar de seguir perpetuando una política que ha demostrado ser ineficaz e injusta, creemos que es hora de adoptar un enfoque más compasivo, basado en la salud pública y los derechos humanos. Probablemente, despenalizar el consumo personal de drogas, invertir en programas de prevención y tratamiento, y desviar los recursos de la aplicación de la ley hacia soluciones orientadas hacia el bienestar de las personas y las comunidades sería más provechoso que declarar la guerra a fumetas y cultivadores.

Primero la Ley Seca y después la Guerra contra la Droga nos han dado valiosas lecciones, y más de 50 años de conflicto nos han dejado muchas pistas sobre cómo abordar la cuestión de las drogas. ¡Vamos a aprovecharlas!


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16-02-2024 Historia y cannabis

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