Los cultivos hidropónicos utilizan medios completamente estériles como sustrato para las plantas, como la arlita, la lana de roca o la roca volcánica, de manera que todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de éstas deben aportarse mediante el agua de riego.
Si bien este factor implica un mayor compromiso por parte del cultivador, que deberá medir el pH y EC del agua de riego tras añadir los nutrientes para asegurarse de que la cantidad de sales disueltas es la correcta y la asimilación de éstas, máxima. De esta forma, los resultados son simplemente asombrosos.
Gracias a la formulación especial de los fertilizantes para cultivo hidropónico, se facilita en gran medida la absorción de nutrientes por parte de las plantas, que pueden destinar toda su energía a producir flores y frutos. Su crecimiento es exuberante, y la producción final explosiva.
Además, y gracias a las características de retención de aire y humedad de la mayoría de sustratos hidropónicos disponibles, el crecimiento de las raíces en este tipo de cultivos es espectacular, lo que se traduce en rendimientos por encima de la media.
Por supuesto, estos abonos pueden usarse también en sistemas aeropónicos o sin suelo, donde las raíces cuelgan suspendidas en el aire dentro de una cámara oscura, con un sistema de riego automático que las irriga frecuentemente.
Además de los fertilizantes que podéis encontrar en esta sección, en los cultivos en sistemas hidropónicos y aeropónicos también suelen utilizarse estos productos: