Entrevista a Ethan Nadelmann - Expogrow Irún 2015

Ethan Nadelmann es el fundador y director ejecutivo de Drug Policy Alliance, una organización que trabaja para acabar con la guerra contra las drogas. Descrito por los Rolling Stones como, “La fuerza que conduce a la legalización de la marihuana en America,” Ethan Nadelmann es conocido por tener un gran perfil crítico y orador en U.S. verso la política internacional de control de drogas.

Transcripción de la entrevista a Ethan Nadelmann:

Ethan, eres fundador y director ejecutivo de la Drug Policy Alliance...
¿cuál es exactamente tu motivación?

Básicamente, terminar con la guerra contra las drogas en mi país y también en el mundo entero. Y con ello me refiero
a reducir el rol de la criminalización y del sistema de justicia criminal en las políticas de drogas, al mismo tiempo que proteger la salud pública y promover la seguridad.

¿La prohibición - también llamada guerra contra las drogas - proviene de la ignorancia?

Pienso que es una combinación de ignorancia, miedo, prejuicios y provecho.

Ignorancia en el sentido que lo que la gente piensa sobre las drogas ilegales es muy impreciso y no casa con el discurso científico, al igual que la creencia de que estas drogas son mucho más peligrosas que el alcohol o el tabaco, que por supuesto no es correcta.

Hablo de prejuicios, porque mucho de esto va de miedos a minorías étnicas, a gente de color, a extranjeros, a todo ello entretejido.

Si preguntas en mi país y en muchos otros por qué algunas drogas están criminalizadas y otras no, te das cuenta de que tiene muy poco que ver con los riesgos y peligros asociados a ellas, y mucho con quién las utiliza o se piensa que las utiliza.

El miedo no sólo comprende los prejuicios, sino también ese temor de los padres por sus hijos, el temor de que se vean involucrados en drogas, y el deseo de protegerlos de cualquier manera posible.

Y el provecho, al menos en mi país, es por parte de centros de reclusión propiedad de corporaciones privadas, de sindicatos de funcionarios penitenciarios y de otros que se benefician de la guerra contra las drogas.

¿Cómo ve la actual situación en Europa?

Solía mirar hacia Europa en busca de liderazgo respecto a políticas de drogas en los 80 y 90.

Los holandeses, con su plan de reducción de riesgos y los coffeeshops; los suizos con sus narco-salas para heroinómanos y su prevención de daños; los portugueses con su descriminalización y acercamiento a la salud pública.

Realmente fueron una inspiración así que creé mi organización
para educar a los americanos sobre mejores maneras de tratar con las drogas que podíamos aprender de Europa.

Durante los últimos 15 años ha sido algo descorazonador, porque parece que gran parte de Europa ha dicho "bien, empezamos esto en los 80 y 90, dejad que lo continúe otro" y la gente ha perdido la pasión y la energía.

Hay todavía cosas buenas sucediendo, como las políticas de la marihuana en España y otros países, y es bueno que la reducción de daños se institucionalice en el sistema político a lo largo de Europa, aunque me gustaría ver algo más de dinamismo para una reforma en Europa.

La cuestión sobre la marihuana se asocia a menudo con la de los derechos humanos.

¿Por qué es tan difícil de comprender por parte de gobiernos y políticos que la gente debería tener el derecho de escoger su propia medicina?

Es interesante, en muchas de las charlas que doy
en Estados Unidos y otros países países digo que hay un principio básico por el que nadie debería ser castigado por lo que mete en su cuerpo, siempre y cuando no se dañe a terceros.

Cuando presentamos esta idea, a veces logramos un gran aplauso,
aunque en consultas de opinión en EEUU tan sólo un 10% de los encuestados reconoce preocuparse por el tema tema desde la perspectiva  de los derechos humanos o las libertades civiles.

La mayoría de americanos apoyan la legalización porque quieren dejar de malgastar dinero en políticas no efectivas porque quieren ingresos tributarios o porque quieren detener el tráfico.

No se trata de una cuestión de derechos humanos. En Latinoamérica y Europa a veces ves tribunales en Alemania, Colombia, México y otros lugares, sentenciar que no ser castigado
por la medicina o substancia que se consume es un derecho humano.

Creo que es un argumento clave a la hora de conseguir una mayor aceptación pero ahora mismo no es un argumento suficientemente persuasivo para la mayoría de gente, tanto en mi país como en otros.

Esta muy bien tener acceso a cannabis en farmacias y dispensarios
pero, ¿qué hay de no pagar por la marihuana y cultivarla en casa uno mismo?

Tanto en mi país, Estados Unidos, como en mi organización, la Drug Policy Alliance, tenemos la firme convicción de que cultivar marihuana para propio consumo, y no sólo poseerla,
debe ser un derecho fundamental de la gente, y si alguien quiere venderla entonces el estado debe tener derecho a regularla, cargarla con impuestos y expedir licencias.

Hemos luchado por esto, todas nuestras iniciativas relacionadas con la marihuana medicinal lo han incluido, igual que en nuestras iniciativas de legalización.

Desafortunadamente, lo que ha sucedido en los últimos años
es que a medida que hemos trabajado para la legalización de la marihuana medicinal, en estados como Nueva Jersey, Nueva York y otros, nos encontramos con que los representantes electos quieren prohibir el derecho de cultivo personal. 

Por ejemplo, Colorado y Washington fueron los dos primeros en legalizar el cannabis, pero Colorado incluyó el derecho al autocultivo mientras que Washington no lo hizo porque la gente que redactó el documento tuvo miedo a perder la iniciativa en caso de hacerlo.

En Oregon y Alaska lo hemos incluido, y con suerte todas las iniciativas de 2015/16 lo harán también.

Cuando cambiamos las leyes sobre la marihuana a través de referéndums siempre lo incluimos, siempre hacemos nuestro mejor esfuerzo para incluirlo, sólo si las encuestas sugieren que se va a perder no se incluye esta propuesta.

Pero cuando debes luchar esta batalla con los legisladores
es más difícil aferrarse a eso.

Siempre hemos pensado en hacer una guerra contra la pobreza
en vez de contra las drogas. 

¿Piensa que la veremos algún día? 

Durante años, incluso los americanos que luchan contra las drogas han evitado las palabras "guerra contra la droga" pues saben que la mayoría de americanos son conscientes del fracaso de tal guerra.

Así que usan otro lenguaje para describir la misma política de guerra contra las drogas.

Es interesante en los EEUU pues hoy la mayoría está a favor de la legalización, y hay estados legalizando, pero aún tenemos a 600.000 personas arrestadas cada año por la marihuana, así que hay cierta desconexión.

Hay estados muy conservadores y departamentos de policía que continúan arrestando sí o sí. 

Así que aunque la opinión pública y las leyes cambien, se necesita un tiempo para cambiar la cultura policial y la aplicación de dichas leyes.

Por suerte, gracias a la legalización la policía ya no tendrá leyes a aplicar, y como vemos en Colorado y Washington las detenciones por marihuana caen en picado.

Nos gustaría felicitarle por el trabajo hecho y darle las gracias por esta entrevista.

Muchas gracias a vosotros, y gracias por la labor que estáis haciendo.

(+34) 972 527 248
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