La planta de tabaco (Nicotiana tabacum) es una planta de la familia de las solanáceas, como los tomates, berenjenas, patatas o pimientos . Su origen se sitúa en una zona andina entre Colombia, Perú y Ecuador. Se sabe que las etnias indígenas de la zona empezaron a cultivarlo entre los años 5000 aC y 3000 aC. En algunos casos, se utilizaba en ceremonias religiosas y rituales, y en otros, se fumaba con fines medicinales. El tabaco llegó a Europa por primera vez en el siglo XVI, después de que Cristóbal Colón y sus exploradores llegaran a América.

Usos tradicionales del tabaco

A pesar de los conocidos efectos negativos sobre la salud muy conocidos a dia de hoy el tabaco ha sido usado tradicionalmente por distintas culturas. Los usos dados incluyen el alivio del dolor, tratamiento de heridas, tratamiento de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y cutaneas. Además es muy usado como insecticida, especialmente las variedades ricas en nicotina.

Características de la planta de tabaco

El tabaco es una planta anual que puede llegar a los 2 metros de altura. Tiene hojas grandes y ovaladas, de textura aterciopelada. Generalmente son color verde oscuro por la parte superior y más claras en la inferior y pueden crecer hasta 60 cm de largo y 30 cm de ancho.

La semilla del tabaco es muy pequeña. Se suele germinar en semillero o maceta a pocos milímetros de profundidad y bien resguardadas del frío.

A la planta de tabaco le gustan los suelos bien drenados y soleados, en un ambiente con cierta humedad. Consume gran cantidad de nutrientes con lo que conviene que el suelo sea bien rico.

Las hojas de la planta del tabaco contienen nicotina y otras sustancias químicas que son responsables de los efectos estimulantes y adictivos del tabaco. Las hojas se cosechan cuando la planta alcanza su madurez y se secan y curan antes de ser utilizadas para la fabricación de cigarrillos, cigarros, pipas, tabaco de mascar, entre otros productos.