La berenjena amarga china, también conocida con el nombre científico Solanum aethiopicum acuelatum, es una variedad antigua de planta que produce frutos pequeños, redondos y estriados de aproximadamente 5 cm de diámetro. Estos frutos se distinguen por su hermoso color rojo vibrante. Son valorados por su textura fina, aunque ofrecen un sabor bastante amargo, lo que los hace especialmente populares en la cocina asiática.
Para cultivar estas berenjenas se recomienda empezar sembrándolas en macetas. Lo ideal es sembrar a una temperatura de unos 24°C, bajo un refugio bien iluminado, unas 10 semanas antes de trasplantarlas al suelo. Una vez que las plantas hayan alcanzado la etapa de 2 a 3 hojas, puedes trasplantarlas a macetas individuales si es necesario o colocarlas en un vivero. Después de las últimas heladas, es recomendable trasplantar todo el cepellón, enterrando el tallo hasta las primeras hojas, con una separación de 50 cm aproximadamente entre cada planta. Para acelerar la germinación, puedes colocar primero las semillas en el frigorífico durante una semana, a una temperatura de 4 a 5°C.
El cultivo de estas berenjenas requiere exposición a pleno sol para asegurar un buen crecimiento. Si vives en una zona con climas fríos, lo mejor es cultivarlas a cubierto, como por ejemplo un invernadero. El suelo ideal para estas plantas es el humus, bien drenado, rico y precalentado.
El período de siembra bajo techo generalmente se extiende de febrero a abril, mientras que la recolección puede realizarse de julio a octubre, dependiendo de las condiciones climáticas locales. Las plantas se pueden cultivar en el suelo, en maceta o en invernadero, lo que ofrece cierta versatilidad. Generalmente alcanzan una altura de 80 a 100 cm, produciendo frutos acanalados de entre 5 y 8 cm de tamaño. Estos últimos tienen un peso que varía de 50 a 100 gy se distinguen por su color naranja brillante.