En este apartado se encuentran semillas de pimientos picantes, tanto variedades autóctonas de diferentes sitios del mundo cómo mutaciones genéticas buscando la mayor cantidad de picante o las formas y colores más raras y exclusivas del mercado.
Variedades cómo el Jalapeño, o el chile Cayena llevan acompañando la comida tradicional, sobre todo Sudamericana desde su descubrimiento. Otros cómo el Scotch Bonnet dan sabrosos y picantes matices a cocinas cómo la jamaicana Jerk.
El mayor uso que se le suele dar a estos pimientos es la creación de salsas infernales y sazonadores de infarto. Normalmente para la salsa se suele hornear o cocer, para luego quitarle la piel y unirlo a los otros condimentos. Para la opción de sazonador se suele dejar secar en un sitio fresco pero oscuro y ventilado.
Estas variedades pueden ser muy gratificantes de plantar, pero nuestra intriga por la mutación genética nos empuje a intentar traer la mayor variedad de novedades que vayan saliendo en el sector del chile picante.
Para empezar a frikear en este mundo lo primero y esencial que se debe saber es la escala Scoville. Esta escala es dónde se clasifican los chilis a través de su nivel de picante, mesurándolos con Unidades de Calor Scoville (UCS). Explicado a grandes rasgos, estas unidades reflejan las dosis de agua que se necesitan para diluir el picante de un pimiento con agua azucarada.
Algunos ejemplos pueden ser el Jalapeño, que suele estar entre 2.500 y 8.000 UCS, o el famoso Habanero que ya aumenta hasta 100.000 y 350.000 UCS. Todo esto no es comparable con las mutaciones que nombrábamos: pimientos como el Bhut Jolokia, con 1.001.304 UCS (125 veces el Jalapeño) o el Carolina Reaper pueden llegar a contener la misma cantidad de Unidades que el gas pimienta de EEUU.
El cultivo de los pimientos picantes es realmente fácil. Tienen una gran resistencia a la humedad y las plagas ya que es nativo de zonas tropicales. Lo único que sí demanda es la ausencia de heladas (preferiblemente que la temperatura no baje de los 10-12 grados) y un riego constante. Por lo que se suelen germinar las semillas a finales de febrero o principios de marzo en interior, para esperar a que terminen las heladas. A medida que vaya mejorando el tiempo mejor sacarlas gradualmente, ciertas horas durante el día para ir aclimatándolas. Una vez la temperatura exterior no disminuya de los 10-12 grados es el momento perfecto para transplantarlas.
Es recomendable un riego constante, es decir una vez cada dos o tres días (siempre dependiendo de la maceta,el suelo o la cantidad de sol que reciben etc). Sin mucho más se pueden esperar una gran cantidad de pimientos picantes esperando a atacar los paladares de quienes lo consuman.