Congelar cannabis: ¿por qué y cómo hacerlo?
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Si alguna vez has hecho algún concentrado de resina de cannabis o te has informado un poco sobre cómo hacerlo, sabrás que uno de los pasos a seguir para conseguir un producto de primera calidad es congelar la materia vegetal antes de empezar el proceso de extracción. Este sencillo paso permite que los tricomas se desprendan mucho más fácilmente de hojas y flores, consiguiendo de esta forma un rendimiento excelente y una calidad superior.
No obstante, y como veremos en el artículo de hoy, puede haber otros motivos por los que uno quiera congelar su hierba, especialmente si hablamos de conseguir mantener el efecto y cualidades organolépticas de la planta durante un periodo de almacenamiento prolongado. Hoy te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta práctica, en qué casos te aconsejamos llevarla a cabo y cómo hacerlo de manera correcta para evitar sorpresas desagradables.
Motivos por los que congelar el cannabis
Como hemos comentado en la introducción, la mayoría de gente que hace extracciones como hachís o BHO suele congelar la yerba durante unas horas antes de empezar el proceso. Ello permite que los tricomas se desprendan con mucha mayor facilidad, consiguiendo un rendimiento máximo sin comprometer la calidad del producto final; especialmente con el hachís, cuanto más rápido se desprendan los tricomas menos habrá que remover la materia vegetal (ya sean flores como cogollos), por lo que más limpio de impurezas quedará el concentrado.
Pero hay otro tipo de cultivadores que suele congelar ya no las típicas hojas de la manicura, sino flores enteras. Hablamos del cultivo exterior, cuando en ocasiones se cosecha una gran cantidad de cannabis de una sola vez. Imagina que solo tienes una oportunidad al año para conseguir cultivar todo el cannabis que vas a necesitar hasta la siguiente temporada; una vez cosechadas las flores, tendrías varias buenas opciones para almacenarlas, como por ejemplo los botes herméticos Secret Smoke o Tight Vac. Sin embargo, con el paso de los meses e incluso usando este tipo de almacenamiento, la calidad de tus cogollos se vería comprometida; menos potencia (el THC se iría degradando en CBN) y un sabor y aroma mucho menos intensos que cuando tus flores estaban recién secas.
Precisamente para evitar esta degradación en la calidad general de las flores, muchos cultivadores que se encuentran con una cantidad de cannabis muy superior a la que van a consumir en las próximas semanas o meses optan por congelarlo, de manera que cualidades tan apreciadas como su efecto o sabor no se vean mermadas con el paso del tiempo. Veamos cómo lo hacen.
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Cómo congelar cannabis correctamente
Ya sabemos que al congelar cualquier parte de la planta que contenga tricomas, la facilidad con la que éstos se desprenderán de la materia vegetal será mucho mayor que en caso de encontrarse a temperatura ambiente. Por este motivo deberás ser especialmente cuidadoso con este método de conservación, especialmente a la hora de elegir el recipiente donde tienes pensado guardar tus cogollos. Así, lo mejor será evitar congelar la yerba en bolsas de plástico o elementos similares, pues por pura fricción puede que un buen número de tricomas se desprendan durante el proceso, especialmente al descongelar el material.
De esta forma, lo mejor será optar por recipientes como tarros de cristal o, mejor aún, botes herméticos al vacío como los que ya hemos mencionado. Si no tienes acceso a este tipo de recipientes o quieres usar tus bolsas de plástico de vacío, te recomendamos ser especialmente cuidadoso para evitar perder tricomas por el camino, por ejemplo, al sacar la bolsa del congelador. ¡Recuerda que la fricción será el peor enemigo para tus tricomas, especialmente una vez las flores estén congeladas!
Una vez tengas tus tarros bien llenos, ya sólo queda guardarlos en el congelador y conservarlos a una temperatura lo más constante posible hasta que necesites descongelarlos. Es buena idea utilizar recipientes de un tamaño adecuado, de manera que cuando tus reservas empiecen a disminuir puedas descongelar uno solo de ellos, suficiente para pasar las próximas semanas. Así evitarás tener que manipular las flores congeladas para coger sólo las que vas a necesitar, lo que haría que se desprendiera un gran número de tricomas.
¿Cómo descongelar el cannabis?
Descongelar tus cogollos es tan fácil como coger uno de los tarros que tienes en el congelador y dejarlo en un lugar oscuro a temperatura ambiente durante unas horas. Simplemente, deja que el tarro y su contenido se atemperen sin abrirlo antes ni removerlo en exceso. Por supuesto, no uses ningún tipo de fuente de calor para acelerar el proceso de descongelado, lo único que conseguirías es perjudicar (y puede que mucho) la calidad de tus flores. Paciencia, ¡en pocas horas las tendrás listas!
¿Puedo congelar cannabis fresco?
Sí, puedes hacerlo sin demasiado problema, aunque cuidado. Si tu idea es congelar cogollos recién cortados y sin secar, ten en cuenta que serán algo más susceptibles a pudrirse si algo va mal (como, por ejemplo, que el congelador se estropee y no te des cuenta). Pongamos el ejemplo de que te vas de vacaciones y, mientras estás fuera, tu congelador se estropea; en caso de haber congelado yerba seca seguramente no pasará nada, tus cogollos se descongelarán y se mantendrán perfectamente en su contenedor. En cambio, en caso de que esto suceda con cogollos frescos, cabe la posibilidad de que tu yerba esté podrida al volver, lo que sin duda sería una muy mala bienvenida.
Una vez hayas descongelado tus flores frescas, lo mejor será darles un periodo de secado similar al que le darías una vez cortadas de la planta, a no ser que quieras hacer una extracción tipo Live Resin. Si ese es el caso, lógicamente lo ideal será realizar la extracción una vez saques el material del congelador, sin dejar que se descongele en ningún momento.
Como ves, congelar cogollos o manicura de tus plantas es un proceso sencillo y que puede resultarte muy útil, especialmente cuando acabas de cosechar y tienes más yerba de la que vas a necesitar en las próximas semanas. Se trata, probablemente, de la mejor manera de conservar sus propiedades, y si lo haces correctamente no tienes por qué tener ningún tipo de problema.
¡Feliz cosecha!