Cómo evitar la muerte de semillas y plántulas de marihuana
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Las causas de muerte de las plantas de marihuana
Todos los cultivadores, sin excepciones, han sufrido alguna que otra muerte de sus plantas durante el cultivo, cuando aparentemente parecía que todo iba bien. En este artículo vamos a centrarnos en los motivos principales por los que las semillas o pequeñas plantas de cannabis pueden acabar muertas en la etapa de germinación y en las primeras semanas de crecimiento.
Muerte antes de la germinación de las semillas
Las semillas de marihuana pueden morir incluso antes de empezarlas a cultivar, con lo que cuando el cultivador procede a su germinación éstas nunca llegan a abrirse y germinar.
Los cañamones, como muchos otros tipos de semillas, requieren de unas condiciones de conservación que no se deben tomar a la ligera, sobre todo en caso de querer guardar las semillas sobrantes para usarlas más adelante y que éstas germinen bien y se puedan aprovechar.
Lo mismo ocurre con los paquetes enteros de semillas sin abrir que se han comprado para guardar y usar más adelante. En ocasiones, determinadas variedades van muy demandadas y hay un stock limitado, por lo que los cultivadores más avispados se harán con unos cuantos paquetes que guardarán hasta encontrar el momento de germinar las semillas de marihuana.
Qué hacer con las semillas sobrantes del cultivo o con los paquetes sin abrir
Como las semillas de cannabis requieren de una humedad relativa muy baja para su conservación y una temperatura también relativamente baja, lo idea es guardarlas en una nevera "no frost" en las que tanto humedad como temperatura se mantienen muy bajas para una mejor conservación de los alimentos.
Si el paquete de semillas está sin abrir, basta con dejar el blíster de las semillas en la nevera. El mejor rincón para su conservación suele ser el pequeño dispensario donde se guardan los huevos o la mantequilla, aunque cualquier lugar de la misma es ideal para su conservación.
Si lo que queremos es guardar las semillas sobrantes del cultivo para usarlas más adelante, lo más adecuado es guardarlas en el tubo eppendorf o envoltorio original del banco. Dentro de estos tubos eppendorf donde se encuentran las semillas (en su paquete original) suelen haber peqeueñas bolas de gel de sílice, usadas para mantener una humedad muy baja (10 a 20% ) y asegurar así que la semilla no vea alterado su poder de germinación.
Si por el contrario, dejamos las semillas por un largo periodo de tiempo en cualquier rincón de la casa es posible que tras el paso de los días/meses vayan degradando su poder de germinación, y cuando se quieran plantar tarden mucho en germinar o acaben por no hacerlo. También hay que tenerlas resguardadas de la luz solar.
Así que en caso de querer guardar las semillas, siempre hay que hacerlo en la nevera, bien protegidas del aire, la luz y la humedad.
Muerte durante la germinación de las semillas de marihuana
La muerte durante la germinación de las semillas de marihuana es una de las muertes más recurrentes que todo cultivador sufre alguna vez en su vida. Hay varios motivos que pueden hacer que las semillas se mueran antes de abrirse y poderlas disfrutar en el cultivo.
No todas las semillas tienen la misma resistencia frente a los errores de germinación que se pueden dar durante este proceso. Así como no todos los hermanos son iguales las semillas tampoco lo son, con esto queremos decir que en caso de que una semilla germine y el resto de ellas no lo haga no quiere decir que las que no han germinado no sean fuertes o resistentes, sino que lo son menos que la que sí ha germinado. En este caso deberemos preguntarnos por qué no han germinado y en qué se ha podido fallar.
Muerte por ahogamiento de la semilla de cannabis durante la germinación
Partimos de la base que las semillas requieren de humedad, oxígeno y una temperatura adecuada para su germinación; si uno de los tres aspectos no se tiene en cuenta podemos estar seguros de que es muy posible que las semillas acaben por no germinar.
Poner las semillas de cannabis dentro de un vaso de agua y esperar a su geminación 24 a 48h es muchas veces un error fatal para las semillas. La hidratación previa de las semillas en agua es buena idea siempre que no pasen muchos minutos sin que les toque el aire, ya que se quedan sin oxígeno y acaban en muchas ocasiones muriendo; de esta forma, sólo las dejaremos en agua para hidratarlas durante unos minutos, aunque preferiblemente evitaremos usar este paso previo (que por otra parte no es necesario).
El motivo es que el agua del grifo contiene cloro, lo que esteriliza el agua para poder darle un uso doméstico. No obstante, este cloro desaparece al cabo de unas horas, por lo que si el agua se contamina la semilla puede verse atacada por varios patógenos y acabar muriendo. Este ejemplo también sirve para explicar por qué hay que manipular las semillas con las manos limpias; si se manipulan las semillas con las manos sucias se puede llegar a facilitar una infección por hongos o bacterias que pueden contaminarlas y comprometer seriamente su desarrollo.
Lo mismo puede ocurrir en otros medios de germinación como los jiffys, donde el error más común suele ser en no escurrir el agua sobrante tras hidratar la pastilla de turba. Junto con este error se le puede sumar que si además se entierra la semilla más del doble de su tamaño, puede que esta no pueda salir aun habiendo germinado bien y que se acabe pudriendo por exceso de agua y falta de oxígeno. Este error también es frecuente en los cultivadores que germinan poniendo directamente la semilla en la tierra, ya que es muy fácil que al regar la tierra, la semilla se hunda más de lo necesario y acabe demasiado enterrada, complicando su salida a la superficie. Siempre es mejor humedecer el sustrato y luego plantar la semilla.
En caso de poner la semilla directamente en tierra y hacerlo bien, también hay que tener en cuenta a los depredadores de semillas, en caso de que se planten en el exterior. Las hormigas, los pájaros, o muchos otros animales o insectos suelen ser otra de las causas que pueden hacer que las semillas no prosperen durante su germinación. Pues si ponemos el caso de las hormigas, estas se comen la pequeña y tierna radícula dejando la planta sin poder desarrollarse siendo condenadas a una muerte inminente.
Germinar entre servilletas es de los mejores métodos de germinación cuando un cultivador es novel. Ya que se puede ver con facilidad si la semilla ha sacado raíz o no. Pero también hay que tener en cuenta que el medio de germinación; las servilletas son básicamente celulosa, es decir, un material orgánico que se puede descomponer y pudrir como cualquier producto de esta naturaleza.
Es pues una obligación cambiar las servilletas cada día y medio, más o menos, para evitar que las semillas se puedan contaminar por los patógenos que aparecen en caso de que se empiecen a pudrir las servilletas. Por este motivo se recomienda depositar las servilletas en un plato hondo y cubrir éste con otro plato, dejándo una pequeña rendija entre ambos para que el aire pueda entrar por en medio, oxigenando el microclima que se crea durante la germinación de las semillas y evitando la pudrición de las mismas.
Muerte de la semilla por falta de humedad
Así como el exceso de agua es una de las causas más comunes de problemas al germinar, también lo es la falta de humedad durante este proceso.
Si las temperaturas del exterior rondan los 20 a 24º C no deberemos hacer mucho más que poner las semillas a germinar y esperar a que se abran, tomando las precauciones ya comentadas. Pero en caso de tener unas temperaturas superiores o inferiores, deberemos actuar para subir o bajar la temperatura ambiental para una óptima germinación, y buscar el mejor emplazamiento para que ésta sea exitosa.
Si es invierno, los platos con las semillas suelen ponerse encima de una pequeña fuente de calor para hacer subir la temperatura. Sin embargo, cuidado: si esta fuente de calor emite aire caliente, las servilletas se secan y las semillas se quedan sin humedad, afectando a la germinación. Si uno se da cuenta a tiemo, se puede volver a hidratar las semillas y éstas suelen resarcirse de la situación y siguen germinando, aunque también es posible que le queden secuelas que afecten al desarrollo de la planta durante su cultivo.
En caso de no darnos cuenta de que las semillas se han quedado sin su fuente de humedad, podemos dar por sentado que éstas se han secado, con su consecuente muerte y más teniendo en cuenta si estas ya se habían abierto y han mostrado la radícula. Este caso también es muy fácil que ocurra si se germina en verano, cuando las temperaturas son altas y la humedad ambiental suele ser muy baja en comparación a otras épocas del año.
Muerte de la planta durante el periodo de crecimiento
El inicio del periodo de crecimiento es una etapa muy importante en la vida de la planta, por lo que se deben tener en cuenta varios aspectos para que ésta no muera por distintos motivos.
Una de las causas más frecuentes es la podredumbre radicular por exceso de riego y falta de oxigenación del sustrato. A día de hoy, es una de las causas más comunes sobre todo en cultivadores noveles sin experiencia previa de cultivo. Además, este número de muertes aumenta considerablemente en cultivos de semillas automáticas; ahora explicamos a qué es debido.
Cuando la planta emerge a la superficie dejando atrás su etapa de germinación, hay que ir con sumo cuidado con el exceso de agua y la falta de humedad en su parte aérea como las hojas, tallos y ramas.
Cuando la planta es pequeña y tiene muy poca raíz sus necesidades son muy reducidas, comen poco y beben poco. Si estancamos el sustrato con demasiada agua, a parte de estar reteniendo el crecimiento radicular (y con ello un crecimiento de la parte aérea nulo o muy limitado), se está facilitando que las pequeñas raíces se pudran poco a poco. Al no tener mucha raíz en su primera etapa de vida, si la planta pierde parte de ellas o su totalidad es seguro que morirá en pocos días.
Si se usa una maceta de cultivo pequeña de 0.5L a 1L y se realiza un primer crecimiento en ellas antes de poner las plantas en una maceta más grande, nos estaremos cubriendo las espaldas por si hay un exceso de riego, ya que el sustrato se podrá secar mucho más rápido que si usamos macetas de mayor capacidad. Es por este motivo que con el cultivo de plantas de marihuana automáticas, al usar macetas de 20L, este problema es muy común entre los cultivadores que se inician en la aventura del cannabis.
Se suele decir que hay que regar con una cantidad de agua y nutrientes que sea apropiada al tamaño de la planta. Como esto muchas veces se hace complicado de llevar a la práctica, podemos regar las plantas con una cantidad que no sea superior al 10 o 20% de la capacidad de la maceta. Así, si son macetas de 1L usaremos un riego de 100 a 200ml siempre y cuando se trate de un cultivo de plantas no automáticas.
Si se van a cultivar plantas automáticas, entonces - y durante las primeras dos semanas - regaremos con una cantidad que puede ir entre los 100 y 350ml por riego, cada 1 o 2 días. Recordad que el sustrato debe mantener en un mínimo de humedad que permita a la planta comer y seguir desarrollándose de un modo normal. Si se pone a llover, es mejor retirar las plantas o cubrirlas evitando que el sustrato se encharque, lo que podría derivar en un problema con el sistema radicular.
Esperamos que esta información os sea útil de cara a reducir la mortalidad de vuestras semillas y plántulas. No dudéis en dejar vuestros comentarios, estaremos encantados de responderlos.
Buenos humos!