Introducción a la cata de marihuana
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¿Se puede catar la marihuana?
La marihuana es, probablemente, la especie vegetal conocida que más variaciones organolépticas presenta. Su riqueza en cuanto a sabores y olores es prácticamente infinita, variando entre tonos orgánicos y químicos, entre dulces y agrios, afrutados y amaderados? Las diferentes combinaciones de los más de 100 terpenos (principalmente monoterpenos y sesquiterpenos) que contiene producen sabores y aromas de lo mas dispares, ofreciendo matices y tonos completamente distintos de una variedad de cannabis a otra. Es por ello que la cata de marihuana resulta una actividad tan importante como apasionante, en la que conocemos mejor las variedades que cultivamos, intentando agudizar nuestros sentidos a la hora de consumirlas para así sacarles todo su partido.
La cata de yerba no es algo que pueda hacerse de cualquier manera; requiere de ciertos pasos previos antes de la evaluación final de la muestra que aseguren una correcta apreciación de los matices en el sabor y olor de la misma (así como del efecto), de manera que estos no se vean "falseados" debido a diversos factores que comentaremos a continuación.Una de las primeras cosas a tener en cuenta es la manera en que consumiremos la muestra: lo mejor a la hora de catar es hacerlo de la manera en que lo realicemos normalmente; si sois fumadores de bong, usad un bong. Si soléis vaporizarla, usad un vaporizador. La manera en que nos habituamos a consumir el cannabis es la que nos permite una evaluación lo más objetiva posible. Cualquier cosa que hayamos ingerido recientemente, ya sea comida o bebida, puede alterar el sabor de la muestra a catar. Por ello es conveniente tener la boca limpia y sin ningún regusto proveniente de otras substancias.
También debemos tener las manos limpias y libres de olores antes de empezar a manipular la muestra.La estancia donde hagamos la cata debe estar también limpia de olores a parte de los de la marihuana que consumiremos durante la cata. Lo ideal seria una habitación a 22-24 grados centígrados de temperatura, con una humedad del 50% aproximadamente; con estas condiciones, nos aseguramos que la muestra no perderá sus propiedades originales mientras la manipulamos y preparamos.
La cata organoléptica de marihuana
A diferencia de otras substancias, y por ser psicoactiva, cuando catamos marihuana debemos distinguir entre la cata organoléptica (la que se refiere al sabor y olor de la muestra) y la cata psicoactiva (la referida a los efectos y sensaciones que produce). Dentro de esta última, podemos también centrarnos - o no - en las posibles propiedades medicinales que pueda ofrecer la variedad que estamos catando.
En la cata de cannabis se implican todos los sentidos, aunque es quizá el del oído - junto con el tacto - el que menos importancia tiene. Si nos fijamos en los principales sentidos implicados en la cata (vista, olfato, gusto), nos damos cuenta que ésta puede dividirse en cata en seco y cata en combustión.La cata en seco es la que pretende apreciar todas las características de la muestra (aspecto, ratio cáliz-hoja, resina, densidad, dureza, olor,...) antes de la combustión. Se estudia la muestra entera intentando sacarle el máximo de información posible.
A continuación, se trincha la muestra y se anotan los matices en el olor, ya diferentes a los apreciados en la muestra entera. En caso de realizar la cata con un canuto, podemos liarlo y darle unas caladas sin encenderlo, con lo que tendremos también una primera impresión en cuanto al sabor.Principalmente, en la cata en seco entran en juego los siguientes sentidos:Tacto (duro, blando, pastoso, pegajoso, seco, crujiente, polvoriento, denso, pesado, ligero), Oído (crujiente, seco, murmullo, pastoso), Vista (brillante, mate, basto, fino, limpio, sucio, compacto, suelto, viejo, fresco, seco) y Olfato/Gusto (ácido, dulce, profundo, ligero, sabroso, picante, orina, heces, moho, tierra, fruta fresca, fruta madura, fruta podrida, madera, incienso, flores, queso, pimentón, vino, carne, sangre fresca, sudor).
Pasamos a continuación a la cata en combustión, que implicará principalmente los sentidos de gusto y olfato.Preparamos la muestra de la manera en que consumimos normalmente, y nos disponemos a prenderla. Al encender la muestra, mantendremos el humo en la boca durante 3-4 segundos para exhalarlo a continuación. La siguiente calada será larga y profunda, tragándonos el humo y exhalandolo con fuerza por boca y nariz. Una tercera calada, de intensidad media y en la que intentaremos pasar el humo por toda la boca antes de expelerlo, nos lleva a una máxima estimulación del bulbo olfativo.
Tras esta primera cata, anotamos los sabores y aromas principales que hemos apreciado, sin entrar en matices. Posteriormente, realizamos una segunda cata en combustión en la que nos fijaremos básicamente en los matices y retropaladares de la muestra, completando así la cata a un nivel satisfactorio para nuestro cometido, habiendo trazado un mapa de los sabores y aromas primarios y secundarios de la muestra.
La cata psicoactiva de la marihuana
Como hemos mencionado con anterioridad, el cannabis nos permite, a parte de la cata organoléptica, la psicoactiva. Los efectos que produce esta planta varían notablemente de una variedad a otra (incluso de un fenotipo a otro dentro de la misma variedad), así como sus posibles propiedades terapéuticas. Para poder apreciar en un sentido amplio y completo estas sensaciones, debemos realizar la cata sin haber ingerido ninguna substancia que pueda interferir en nuestra apreciación de los efectos que nos provoca la muestra catada.Algunos de los aspectos básicos que debemos anotar son:
- El tipo de efecto, es decir, si es más corporal o cerebral, relajante o estimulante, creativo o contemplativo, etc.
- La duración del efecto, que puede variar de varios minutos a horas. También el tipo de bajada que tiene, más o menos relajante, rápida o lenta, etc. Es también interesante anotar la velocidad de los efectos, el tiempo que éstos tardan en aparecer desde que fumamos la muestra.
- La tolerancia, o dicho de otro modo, la capacidad de la muestra para producir los mismos efectos al consumirla continuadamente. Determinadas variedades causan siempre el mismo efecto (las más buscadas), mientras que a otras nos habituamos más fácilmente, desarrollando tolerancia y apenas notando estos primeros efectos tras un consumo continuado.
- El techo o cumbre, es decir, la cantidad de yerba que podemos consumir antes de que ya no haga más efecto. Normalmente, las variedades Sativas tienen un techo mucho más alto que las Indicas.
- El efecto medicinal. En caso de sufrir alguna dolencia, ya sea física o mental, debemos prestar mucha atención a cómo influye el consumo en nuestro estado, si lo acentúa o lo apacigua. De esta manera, el usuario puede escoger la variedad de marihuana medicinal que, dejando de lado gustos y olores, mejor se adapta a su situación.
Conclusiones de la cata de marihuana
La cata de marihuana nos permite conocer mucho mejor las variedades con las que trabajamos. Tan sólo haciendo un pequeño esfuerzo de apreciación, podemos obtener mucha más información sobre una muestra que sencillamente fumándola. Como en todo en la vida, la práctica lleva a mejorar, así que si nos acostumbramos a realizar este pequeño ritual de cata con nuestra marihuana, con el tiempo seremos capaces de apreciarla en toda su plenitud.
Como puede suponerse, este artículo no es mas que una pequeña introducción a este apasionante mundo, en el que hemos querido abriros el gusanillo de realizar catas de vuestras yerbas preferidas. La cata de cannabis puede realizarse a muy distintos niveles, siendo la cata profesional excepcionalmente exigente en muchos aspectos, por lo que no hemos querido adentrarnos a este nivel.Con los sencillos pasos que habéis visto, podréis hacer excelentes informes de cata que os servirán para contrastar diferentes sistemas de cultivo en una misma variedad, seleccionar fenotipos entre un monocultivo, o simplemente conocer un poco mejor a nuestra amada amiga.
Os deseamos felices catas, y buenos humos!!