La etapa de crecimiento en el cannabis: Una guía completa
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El cultivo de cannabis es un proceso fascinante que abarca varias etapas, cada una con características y cuidados específicos. Entre estas, la fase vegetativa o etapa de crecimiento destaca como un período esencial en el que la planta construye las bases para una floración abundante y saludable. Es en esta fase donde el cannabis desarrolla su estructura principal, crece en tamaño, fortifica su sistema radicular y acumula la energía necesaria para producir las densas y resinosas flores que tanto nos gustan.
A lo largo de la historia del cultivo de cannabis, tanto en cultivo de interior como en cultivo de exterior, los cultivadores han perfeccionado sus técnicas para maximizar el potencial de las plantas durante esta etapa. El objetivo es siempre el mismo: obtener plantas fuertes, saludables y preparadas para darlo todo durante la etapa de floración, maximizando así la calidad y cantidad de los cogollos obtenidos al cosechar. Desde los abonos hasta las horas de luz necesarias, hoy te contamos todos los secretos sobre esta crucial fase para que puedas preparar a tus plantas para dar lo mejor de sí.
La fase vegetativa en el cannabis
La fase vegetativa, también conocida como etapa de crecimiento, es una de las etapas más importantes en el ciclo de vida del cannabis. Es durante este período que las plantas se preparan estructural y metabólicamente para soportar el peso de las flores y maximizar su capacidad de producción. Aunque a menudo la atención se centra en la floración, no lo dudes; el éxito de esta última depende directamente de cómo se desarrolle la planta durante la etapa vegetativa.
Tras la germinación y el establecimiento de la plántula (o la aparición de las primeras raíces en el caso de esquejes o clones), las plantas entran en la fase vegetativa, que puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses, dependiendo de factores como la variedad cultivada, el método de cultivo (interior o exterior) y los objetivos del cultivador. En esta etapa, las plantas dirigen su energía hacia:
- Desarrollo del sistema radicular: Las raíces crecen profundamente y se ramifican para anclar la planta y absorber agua y nutrientes.
- Crecimiento del follaje: Las hojas y los tallos aumentan su tamaño y número, formando la estructura que permitirá captar la luz necesaria para la fotosíntesis.
- Preparación estructural: Se desarrollan ramas y nudos que sostendrán los cogollos durante la floración.
Características de la etapa de crecimiento del cannabis
- Crecimiento acelerado: Durante la fase vegetativa, las plantas pueden llegar a duplicar o incluso triplicar su tamaño en pocas semanas. Este crecimiento rápido es indicativo de la salud de la planta, una correcta gestión del clima y de su capacidad para aprovechar la luz, el agua y los nutrientes disponibles.
- Dependencia del nitrógeno: El cannabis necesita grandes cantidades de nitrógeno en esta etapa para formar hojas verdes y robustas. Este elemento es esencial para la formación de clorofila, el pigmento que permite a las plantas realizar la fotosíntesis. Por ello los abonos de crecimiento suelen ser especialmente ricos en este elemento.
- Fotoperiodo específico: En interior, ya se trate de salas como de armarios de cultivo, la fase vegetativa se mantiene mediante un fotoperiodo de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. En exterior, las plantas permanecen en esta etapa mientras los días sean largos (primavera y verano).
- Resiliencia y manejo: Durante esta etapa, las plantas son más resistentes al estrés en comparación con la germinación o la floración. Esto permite realizar prácticas como trasplantes, podas y entrenamientos sin comprometer seriamente la salud de la planta y su desarrollo.
Un crecimiento vegetativo fuerte y saludable es la base para una floración exitosa. Las plantas que desarrollan tallos gruesos, raíces extensas y un follaje frondoso durante esta etapa tienen mayores probabilidades de soportar el estrés de la floración y producir cogollos densos y resinosos. Por supuesto, no será lo mismo en cultivo interior que en exterior, así que demos unas pinceladas a cada una de estas posibilidades:
- En interior: Los cultivadores tienen un control total sobre el ambiente, ajustando la luz, la temperatura y la humedad para maximizar el crecimiento. Las plantas pueden permanecer en esta etapa el tiempo que el cultivador desee, simplemente manteniendo el fotoperiodo de 18/6. Asimismo, suelen usarse temperaturas entre 20 y 28ºC y valores de humedad entre 60 y 70%. Las plantas permanecen en crecimiento hasta que el cultivador cambie el fotoperiodo y les proporcione noches más largas.
- En exterior: La fase vegetativa está determinada por las estaciones, dicho de otro modo, por las horas de luz y oscuridad recibidas. Las plantas comenzarán a crecer en primavera, desarrollándose durante todo el verano, hasta que los días más cortos de finales de verano e inicio de otoño las induzcan a florecer. Aunque el ambiente natural ofrece ventajas como luz solar gratuita, también supone desafíos como plagas o enfermedades y condiciones climáticas impredecibles. Lo ideal serán cuantas más horas de luz directa mejor.
En resumen, la fase vegetativa es la etapa de construcción de la planta. Es como los cimientos de un edificio: cuanto más sólidos sean, más alto y fuerte podrá crecer. Un manejo adecuado durante esta etapa garantiza no solo un mejor rendimiento, sino también una mayor satisfacción para el cultivador al ver cómo sus plantas alcanzan su máximo potencial durante la fase decisiva, la de la floración.
Germinación de la semilla
El cultivo comienza con la germinación, el proceso por el cual la semilla despierta y desarrolla su primera raíz, conocida como radícula. Para germinar con éxito, las semillas necesitan tres condiciones básicas: humedad, calor y oxígeno.
Métodos comunes de germinación:
- Método del papel húmedo: Coloca las semillas entre dos capas de papel húmedo, manteniéndolas en un ambiente oscuro y cálido (20-25 ºC).
- Jiffys, pastillas de turba o plugs de propagación: Ideales para facilitar el trasplante directo, ya que reducen el estrés en las raíces.
- En agua: Sumergir las semillas durante 24 horas puede ayudar a hidratar la cubierta de la semilla y acelerar la germinación.
Una vez que aparece la radícula, es importante colocar la semilla en su sustrato definitivo, siempre con la incipiente raíz apuntando hacia abajo, a una profundidad de 1-2 cm. Recuerda humedecer el sustrato antes de plantar la semilla, si lo haces al revés puede que con el agua entierres sin querer la semilla a demasiada profundidad.
Cómo germinar semillas de marihuana
En este artículo vamos a comparar 4 medios de germinación distintos para hacer geminar semillas de cannabis. Os explicamos cómo hacerlo en cada uno de ellos y os mostramos los resultados en cuanto a velocidad y eficiencia de la germinación. Empezar el cultivo de la manera correcta es la mejor forma de evitar malgastar tiempo y dinero en semillas!
Primeras fases de crecimiento
Después de la germinación, las plántulas emergen y comienzan a desarrollar sus primeros pares de hojas reales. Este es un momento crítico para asegurar que las plantas tengan las mejores condiciones posibles para crecer.
Factores clave durante esta etapa:
- Uso de estimuladores radiculares: Productos específicos como ácidos húmicos o extractos de algas ayudan a fortalecer el sistema radicular, promoviendo un crecimiento rápido y saludable.
- Abonos sólidos o líquidos: En esta etapa temprana, las plantas no necesitan demasiados nutrientes. Un fertilizante suave con alto contenido de nitrógeno y micronutrientes esenciales es ideal para evitar carencias.
- Riego adecuado: Es crucial mantener un nivel de humedad medio y constante en el medio de cultivo, evitando tanto el exceso como la falta de agua.
En interior, se recomienda mantener las plántulas bajo luces de bajo consumo o paneles LED, asegurando un fotoperiodo de 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad. En exterior, es importante protegerlas de condiciones climáticas adversas como lluvias fuertes o heladas. Si vas a cultivar clones enraizados en interior en tu jardín exterior, lo ideal será trasplantarlos y ponerlos a la sombra durante los primeros 2-3 días, pulverizándolos con agua durante las horas de más calor. Pasado este tiempo ya puedes poner tus esquejes bajo el sol y dejar de pulverizar agua sobre ellos.
El crecimiento del cannabis
Con el paso de las semanas, las plantas entran en pleno desarrollo vegetativo. Este es el momento en que comienzan a crecer de manera acelerada, produciendo más hojas, ramas y raíces.
Aspectos clave del crecimiento:
- Trasplantes: A medida que las raíces llenan el espacio disponible en la maceta, será necesario realizar trasplantes progresivos a contenedores más grandes. Esto evita que las raíces se compacten y garantiza un mejor desarrollo.
- Abonos requeridos: Durante esta etapa, las plantas necesitan una dieta rica en nitrógeno, el principal nutriente responsable del desarrollo de la parte verde de la planta. Los fertilizantes líquidos suelen ser más fáciles de administrar, pero los sólidos de liberación lenta también son efectivos.
- Fotoperiodo: En cultivos de interior, se mantiene un fotoperiodo de 18/6 para favorecer el crecimiento vegetativo. En exterior, las plantas crecerán mientras los días sean largos, típicamente desde primavera hasta mediados de verano.
Es fundamental mantener una vigilancia constante sobre las condiciones del cultivo, como la temperatura, la humedad y la circulación de aire. Es durante esta fase cuando suelen aplicarse técnicas de poda y entrenamiento como topping, LST o SCROG.
Mantenimiento de plantas madre
Conservar plantas madre es esencial para aquellos cultivadores que desean conservar genéticas específicas y producir esquejes. Las plantas madre permanecen indefinidamente en estado vegetativo bajo un fotoperiodo de 18/6.
Puntos importantes para el cuidado de plantas madre:
- Nutrición: Aunque no necesitan tantos nutrientes como las plantas en crecimiento activo, las madres requieren una dieta equilibrada para mantenerse saludables. Se recomienda un fertilizante suave, con suficiente nitrógeno para promover el crecimiento constante.
- Podas regulares: La poda ayuda a controlar el tamaño de la planta madre y estimula la producción de nuevas ramas, lo que incrementa la cantidad de esquejes disponibles.
- Trasplantes ocasionales: Las raíces de las plantas madre pueden llegar a llenar completamente el espacio de la maceta, por lo que es necesario trasplantarlas o podar las raíces periódicamente.
- Renovación: Con el tiempo, las plantas madre pueden perder vigor, por lo que es aconsejable reemplazarlas con esquejes frescos para asegurar una genética saludable.
Ya ves que la etapa de crecimiento en las plantas de cannabis es un período lleno de oportunidades para maximizar su potencial. Desde la germinación hasta el mantenimiento de plantas madre, cada paso requiere atención y cuidado para asegurar un desarrollo óptimo. Ya sea en interior o en exterior, comprender las necesidades de la planta en esta fase te garantizará un cultivo saludable y productivo. ¡Dedícale tiempo a esta etapa y verás cómo las plantas te lo agradecen con una floración espectacular!
¡Feliz cosecha!