10 errores fácilmente evitables en tu primer cultivo indoor
Lista de contenidos
- 1.- Mal cálculo de la superficie y fechas del cultivo
- 2.- Iluminación y renovación del aire inadecuadas
- 3.- Mala elección de semillas
- 4.- No usar sustrato de calidad
- 5.- Exceso de crecimiento
- 6.- Exceso de riego
- 7.- Interrupción del fotoperiodo (contaminación lumínica)
- 8.- Curar antes que prevenir
- 9.- Cosecha prematura
- 10.- Mal secado
Cada vez son más los usuarios de cannabis que se animan a cultivar sus propias flores, pues recurrir al mercado negro no suele ser ni la opción más conveniente ni la más económica. Por eso, cada día más consumidores tanto lúdicos como terapéuticos se animan a dar el paso en el autocultivo de cannabis indoor para autoabastecerse y no depender de terceros.
Sin embargo, comenzar en el cultivo interior puede ser algo complicado si no se tiene idea alguna, así que en este post nos vamos a centrar en los errores más comunes que se suelen cometer cuando nos adentramos por primera vez en esta apasionante modalidad de cultivo. Vamos a ello.
1.- Mal cálculo de la superficie y fechas del cultivo
El propósito del autocultivo es autoabastecerse de cannabis, y para alcanzar dicho fin deberemos saber cuánto cannabis vamos a necesitar cultivar para llegar a cubrir nuestras necesidades. Deberemos hacer una estimación de nuestro consumo anual de cannabis y dividirlo entre las cosechas que realizaremos en 1 año; cuando empezamos a cultivar, y en especial si no se tiene aire acondicionado y algo de experiencia, lo mejor es comenzar en septiembre y finalizar en abril aprovechando las bajas temperaturas del otoño y el invierno. A partir de primavera, las temperaturas comienzan a ser elevadas (muy elevadas en algunas zonas) y necesitaríamos un aire acondicionado para poder mantener las temperaturas adecuadas en el cultivo. Entre el otoño y el invierno podríamos realizar 2 cosechas sin problema.
Así, en función del consumo personal, calcularemos el espacio de cultivo necesario y nos decantaremos por un armario con un tamaño adecuado a nuestras necesidades, siempre realizando los cálculos de producción a la baja, estimando un máximo de 300-350g por m2 de flor seca por cultivo, es decir, cada 3 meses.
2.- Iluminación y renovación del aire inadecuadas
Nuestro armario de cultivo debe tener un sistema de iluminación adecuado si queremos optimizarlo y generar buenos cogollos. No es recomendable usar bombillas de bajo consumo para floraciones y sí invertir en iluminación profesional; ya se trate de un sistema de sodio, LEC o LED, los resultados no serán nunca equiparables a sistemas CFL o de bajo consumo. Podemos florecer cannabis con este tipo de iluminación, pero los resultados no serán comparables a los de equipos de descarga (HPS, HM, LEC/CMH) o a los modernos paneles LED.
El sistema de renovación de aire muchas veces no se tiene en cuenta y es igual de importante que la iluminación, podríamos decir que incluso más. En un armario para autocultivo, un extractor de aire de salida conectado a un filtro de carbón activo para evitar la salida de olores es más que suficiente (se recomienda su funcionamiento las 24 horas sin interrupciones), de manera eliminamos cualquier olor mientras renovamos el aire del interior del armario. En pequeños espacios no solemos entrar aire en el espacio de cultivo con otro extractor, pues dejando una ranura del armario un poco abierta generamos el paso de aire de forma pasiva. Recordad que siempre es conveniente un pequeño ventilador instalado en el interior del cultivo para remover el aire.
3.- Mala elección de semillas
Una vez tenemos el armario, la iluminación y el sistema de renovación de aire (extractor y filtro) nos toca ya empezar a pensar en las semillas, una cuestión que influye en un gran porcentaje del éxito en nuestro primer cultivo. Un error de muchos cultivadores noveles es comprar las semillas más caras, las que están de moda o aquellas con una floración demasiado larga; pues bien, si el objetivo es finalizar el cultivo sin mayores complicaciones, elegir una variedad de rápida floración que no necesite altas exigencias de cultivo se convierte en la mejor opción.
Una vez contemos con algo más de experiencia y tengamos la despensa llena, podremos elegir variedades con mayor dificultad de cultivo. Una buena opción es comenzar con semillas feminizadas para asegurarnos hembras en la descendencia y no tener que desechar los machos, dejando espacios libres en el cultivo como sucede al cultivar semillas regulares.
Variedades híbridas con predominancia índica y genéticas Early o Fast Version son la mejor opción para comenzar y hay mucha variedad para elegir.
4.- No usar sustrato de calidad
Es de vital importancia escoger un sustrato profesional y no decantarse por aquellos que podamos encontrar en bazares o tiendas similares a precios mucho más económicos. Y es que en los medios de cultivo de gama baja la textura del sustrato, el pH y los nutrientes no son los más adecuados, y en la mayoría de ocasiones vienen sin esterilizar. Puede que para cultivar geranios en la terraza se obtengan buenos resultados, pero para cultivar cannabis será mejor usar un sustrato específico de marca consolidada si queremos evitarnos problemas. Para nuestro primer cultivo, una muy buena opción son los sustratos denominados “tipo All Mix”, pues vienen preabonados con alimento suficiente para las primeras semanas de crecimiento y no tener que preocuparnos de usar abonos hasta la floración.
5.- Exceso de crecimiento
El siguiente error que se suele cometer es prolongar demasiado el crecimiento de las plantas antes de cambiar el fotoperiodo a floración. Debemos tener en cuenta que, una vez entran las plantas en floración, comenzarán a estirar y dependiendo de la genética podrán incluso hasta triplicar el tamaño que tenían antes de cambiar el fotoperiodo. ¡Es un error muy común ver como las plantas crecen y crecen y no pasarlas a floración!
También debemos tener en cuenta que las ramas y flores de las partes bajas de la planta no se desarrollaran como las superiores, así que no debemos perder tiempo esperando a que crezcan, lo que supone un gasto inútil en luz sin conseguir más producción final. En muchos casos, será mejor podar estas partes bajas y dejar que la energía de la planta se concentre el las puntas.
6.- Exceso de riego
Otro de los errores más generalizado entre la mayoría de personas que se estrenan en el cultivo de interior es regar en exceso. Pensamos en un principio que regando más y cada poco tiempo nuestras plantas crecerán más y mejor, y nada más lejos de la realidad! Cuando cultivamos en tierra es necesario dejar que el sustrato se seque antes de regar de nuevo, al contrario que las tomateras a las que les gusta tener cierto grado de humedad en sus raíces al cannabis le sucede todo lo contrario, necesita que el sustrato este casi seco (nunca seco del todo o la planta, lógicamente, se deshidratará en pocas horas) antes de regar de nuevo.
7.- Interrupción del fotoperiodo (contaminación lumínica)
Cuando cultivamos semillas fotodependientes, que al contrario que las semillas automáticas crecen o florecen en función de las horas de oscuridad recibidas, hemos de respetar el periodo nocturno de las plantas, de manera que no debe entrar luz al cultivo en periodo de oscuridad bajo ninguna circunstancia. En ocasiones se da el caso de cultivadores que usan el periodo de sueño de nuestras plantas para abrir el armario y observar las plantas o realizar labores de riego, tutorado... y después de llevar más de un mes en fotoperiodo de floración no observan cambios en las plantas... la contaminación lumínica es otro error evitable utilizando luz verde en el cultivo o simplemente trabajando en él cuando las lámparas estén encendidas.
Aseguraos también que ninguno de los aparatos que tenéis dentro del espacio de cultivo emita ningún tipo de luz durante el periodo nocturno de las plantas, así como comprobar que no entra luz del exterior a través de ninguna rendija o abertura (sí, encerrarnos dentro del armario con la luz apagada será la mejor manera de comprobarlo).
8.- Curar antes que prevenir
Según el dicho, más vale prevenir que curar... Desgraciadamente, en la mayoría de ocasiones esta práctica no se comienza a emplear en el cultivo hasta que se tiene cierta experiencia gracias a los errores pasados. Si no tenemos un control de los parámetros de cultivo correctos - como temperatura y humedad - o no tomamos las pertinentes medidas de higiene en el cultivo, pueden aparecer huéspedes en nuestro cultivo, desde hongos a pulgones pasando por la temida araña roja ... basta con aplicar un producto preventivo una vez por semana para mantener a raya a la mayor parte de plagas, especialmente durante el crecimiento y prefloración (primeras 2 semanas de floración); normalmente, cuando no se hace y tenemos un plaga ya nos damos cuenta una vez llegada la fase floración, periodo en el que no es nada recomendable el uso de insecticidas o fungicidas.
9.- Cosecha prematura
Después de semanas de trabajo y con la floración avanzada, ya vemos nuestras preciadas flores de buen calibre con una densa capa de resina. Un error muy común debido al ansia o a que nuestras reservas están bajo mínimos (nos ha pasado a tod@s) es cosechar antes de hora; no deberemos adelantarnos para cosechar, hay que dejar que las flores exploten y darles el corte en el punto óptimo de maduración para que engorden el máximo posible y su contenido en cannabinoides y terpenos se encuentre en su pico máximo.
Cosechar antes de tiempo reduce la producción del cultivo, las flores no tendrán el aspecto deseado y los terpenos no estarán en su máximo esplendor. Recordemos que 10-15 días antes de la fecha estimada de corte deberemos realizar un lavado de raíces para que nuestras plantas no sigan absorbiendo nutrientes y poder degustar las flores 100% libres de nutrientes y en todo su esplendor.
El lavado de raíz en el cultivo de marihuana
El lavado de raíz es una técnica de cultivo que es usada por los cultivadores en casos específicos, en este post os mostramos cómo, cuándo y en qué circumstáncias es necesario o no realizar un lavado de raíz.
10.- Mal secado
Tiene lógica que antes de comenzar el cultivo pensemos donde secar nuestra cosecha, aunque en muchos casos esta pregunta no nos la solemos plantear en nuestro primer cultivo hasta el día del corte o incluso horas antes de la cosecha... Tener un lugar adecuado donde secar cannabis y hacerlo de la forma correcta es como debe finalizarse un cultivo, pues un mal secado es una manera realmente efectiva de arruinar nuestro trabajo de meses.
Una de las mejores opciones para secar la cosecha de cannabis es usar el mismo armario de cultivo aprovechando la extracción y el filtro de carbón, de manera que renovamos el aire del secadero y nos ahorramos el problema del olor de las plantas mientras éstas pueden secarse lentamente (unas 2-3 semanas) y en completa oscuridad. No caigamos en la mala idea de secar dentro de un armario con las puertas cerradas sin ventilación, en botes de cristal o en un tupper o caja, pues arruinaremos nuestra cosecha si no existe una ventilación adecuada!
Esperamos que todos aquellos que estáis pensando en poneros a cultivar en interior para autoabasteceros os sirva de ayuda, son conceptos muy básicos pero la mayoría de principiantes caen en este tipo de errores tan fácilmente evitables. ¿A quién no le ha pasado alguno de ellos?
Felices cultivos!