Receta de mantequilla de cannabis vegana con aceite de coco
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Cada vez más personas buscan formas de disfrutar de la cocina cannábica sin recurrir a ingredientes de origen animal. La mantequilla de cannabis vegana con aceite de coco se ha convertido en una alternativa saludable, ética y deliciosa a la clásica mantequilla de Marrakech. Además de ser perfecto para quienes siguen una dieta vegetal o son intolerantes a la lactosa, el aceite de coco ofrece excelentes propiedades para la extracción de cannabinoides. Más aún, aporta una textura suave y un sabor exótico que combina perfectamente con recetas dulces o saladas.
Hoy te enseñamos cómo preparar esta mantequilla paso a paso y de manera fácil y sencilla. ¡Vamos a ello!
¿Por qué utilizar el aceite de coco para la cocina con marihuana?
La elección del aceite de coco como sustituto de la mantequilla para cocinar la marihuana responde primeramente a la necesidad de cocinar con ingredientes vegetales. La mantequilla tradicional, que proviene de la leche de vaca, está excluida para dietas veganas, por lo que no siempre podremos compartir nuestras canna-golosinas si estas contienen productos que provienen de la explotación animal. Además de estas consideraciones de orden ético, esta preparación también responde a las necesidades de las personas intolerantes a la lactosa.
Existen otras materias vegetales aparte del aceite de coco, pero el aceite de coco presenta cualidades tales como una toxicidad mucho menor que la mantequilla cocida, además de repercusiones en la naturaleza menos importantes que la producción de aceite de palma y los derivados que generan. El aceite de coco está efectivamente compuesto en el 85% de grasas saturadas, lo que asegura una excelente extracción de los cannabinoides. Además, puede cocerse sin generar, como en otras grasas, radicales libres peligrosos.
Este aceite se fabrica a partir del álbumen de la nuez del coco, que es la reserva nutritiva de la semilla del coco. El aceite de coco será tratado y refinado mediante diferentes procesos para que según qué usos vaya destinado: Monoï, margarina, jabón y cosméticos. Para cocinar, elegiremos preferentemente un aceite que provenga del cultivo orgánico no tratado (algunos aceites de coco son, por ejemplo, desodorizados, lo que implica manipulaciones y modificaciones de la materia grasa que pueden limitar sus cualidades).
Aceite de coco de marihuana
La preparación es sencilla y idéntica a la de la mantequilla de Marrakech: prepararemos una gran cacerola de agua, la marihuana para cocinar y el aceite de coco antes de empezar la operación.
Los efectos producidos por el aceite son difícilmente previsibles porque dependerán de la calidad de la marihuana utilizada, del contenido en principios activos, así como del modo de preparación. Sin embargo, a modo indicativo se admiten algunas bases, según la materia utilizada:
- Para un efecto físico y un aceite que contiene más CBD que THC, utilizar la materia vegetal sin o con poca resina. En este caso cocinaremos generalmente 1 gramo de marihuana por gramo de aceite.
- Para un efecto más cerebral y notable, utilizar 1 gramo de flores resinosas o de hachís para 5 gramos de aceite de coco.
Preparación de la mantequilla de cannabis con aceite de coco
A menos que se cocine con materia fresca, será aconsejable rehidratar correctamente la marihuana seca en la cacerola de agua para evitar que absorba toda la materia grasa. Hemos utilizado en este ejemplo cogollos previamente tamizados con el extractor Tan Tam, para intentar reciclar esta materia vegetal que aún contiene cannabinoides.
Una vez que la hierba esté húmeda, calentaremos el contenido de la cacerola manteniendo el punto de ebullición. Te recomendamos dejar la hierba algunos minutos para hacer una infusión, escurrirla y tirar el agua antes de llenar nuevamente el recipiente. Eso permitirá blanquear la hierba, la cual perderá una parte de su clorofila obteniendo una mantequilla de un color más claro, con un sabor más suave y que se digiere más fácilmente. Este proceso se puede repetir varias veces si es necesario, pues el agua no disuelve el tricoma.
Si las flores utilizadas ya han sido previamente secadas, estas habrán perdido la clorofila y no será indispensable blanquear la marihuana, pudiéndole añadir directamente la materia grasa (lo que es igualmente válido si usas resina).
Cocinar el aceite de coco y la marihuana
Por debajo de 25°C, el aceite de coco se presenta en forma sólida, así que deberemos calentarlo al baño maría para que se licue, aunque es igualmente posible manipularlo ayudado con una cuchara. Cubriremos y dejaremos que se cueza a fuego lento entre 1,5 y 2 h, removiendo regularmente el contenido para asegurarnos de que el contacto entre la grasa vegetal del coco y la marihuana es óptimo.
Para terminar, filtraremos el líquido de la marihuana antes de que se enfríe y, aunque la materia vegetal ha sido rehidratada, esta contendrá generalmente una gran parte de aceite: no dudéis en exprimirla a través de una gasa de cocina o incluso una bolsa Ice O Lator, para recuperar el máximo de materia grasa utilizada. Una vez se ha enfriado, el aceite volverá a subir a la superficie y se solidificará. Será suficiente recuperar el bloque de grasa y guardarlo, preferentemente en el refrigerador, dado que el coco presenta una excelente resistencia a la oxidación y no se volverá rancio como la mantequilla.
¡Que aproveche!