¿Qué es el Kief o Skuff?
Lista de contenidos
El Kief es una sustancia derivada del cannabis, formada - en su mayor parte, como veremos - por tricomas glandulares. Se trata pues de una extracción de resina con una potencia (concentración de cannabinoides) bastante superior a la de los cogollos que se utilizan para prepararlo. Dada su antigüedad y popularidad en zonas muy dispares, recibe múltiples nombres como kifi, kif, skuff, dry sift o, por supuesto, Kief.
Como suele suceder en extractos obtenidos sin solventes, no resulta difícil encontrar distintas calidades, que dependen de factores tan diversos como la variedad de cannabis utilizada o el micraje de los tamices con los que se criba la materia vegetal. Veamos a continuación qué es exactamente el kief y cómo se obtiene.
Kief o Skuff: resina cribada de Cannabis
Según las fuentes que se consulten, la término "skuff" vendría a designar un kief o resina de cannabis de mala calidad. No obstante, nosotros nos ceñiremos al uso mas general, que los considera sinónimos. El kief o skuff se obtiene a partir de flores u hojas de plantas hembra de cannabis ricas en tricomas glandulares, lo que comúnmente se conoce como resina y donde se producen y almacenan cannabinoides y terpenos, así como el resto de compuestos secretados por la planta.
Tras cribar la materia vegetal de distintas formas (como veremos más adelante), se obtiene el kief, un polvo de color entre amarillo y verde que contiene gran cantidad de tricomas. Este polvo puede dejarse suelto o prensarse ligeramente con la mano para evitar que se desmorone (lo que recibiría el nombre de kief o skuff) o también puede prensarse mediante calor y una prensa industrial, lo que comúnmente sería llamado hachís y que presenta una textura mucho más dura y compacta, además de un color mucho más oscuro debido al calor y a la gran presión.
Como vemos, la principal diferencia entre kief y hachís es el grado de prensado, pues están compuestos exactamente de lo mismo (tricomas y algún que otro contaminante como pequeñas partículas de polvo o materia vegetal) y se obtienen de la misma forma, cribando las plantas con tamices para separar la resina del resto de la planta. Ambos tipos de concentrado pueden presentar más o menos contaminantes y ser, por lo tanto, de mayor o menor calidad. No os extrañe pues, si en ocasiones oís a alguien llamarle "hachís" a la resina deshecha, o "kief" a lo que vosotros hubierais llamado hachís.
Marruecos y el Kief
Seguramente, muchos ya habréis relacionado la palabra "kief" del título con Marruecos nada más empezar a leer. Y es que, efectivamente, Marruecos lleva décadas siendo uno de los principales productores mundiales de este producto, y uno de los considerados productores tradicionales (aunque, como ya vimos en nuestro artículo sobre el hachís marroquí, su cultura del hachís es relativamente joven comparada con la de otros países).
El hachís marroquí, orígenes y evolución
Tradicionalmente, y antes del auge del autocultivo de cannabis en España, Marruecos se había convertido en la principal fuente de producto en este país, en este caso de hachís. Si bien este país del norte de África no es uno de los productores históricos de esta sustancia, desde los años 60 se convirtió rápidamente en el mayor exportador mundial de hachís junto a Afganistán. En este artículo os contamos más sobre la historia de la producción de hachís en Marruecos y la situación actual, que ha evolucionado enormemente durante las dos últimas décadas.
En este país suelen consumirlo con sus largas pipas, llamadas sebsi, en muchas ocasiones mezcladas con una planta local que utilizan como sustitutivo del tabaco. Por supuesto, en ocasiones se fuma también mezclado con tabaco o con lo propios cogollos u hojas del cannabis. Su uso está extendido por todo el país, aunque lógicamente es más popular cuanto más se acerque uno a las zonas de cultivo y producción, en la zona del Rif.
De hecho, y como muchos viajeros ya saben, es mucho más fácil conseguir buen kief o hachís en Marruecos que cogollos de calidad, que suelen estar dedicados prácticamente en exclusiva a la producción de los primeros, mucho más fáciles de exportar al ocupar mucho menos volumen y desprender mucho menos olor. Además, resulta también más rentable, pues se procesa la materia prima (cogollos y hojas) para obtener un concentrado de resina, con una potencia mayor. Más potente, más caro.
¿Cómo se prepara el Kief o Skuff?
El proceso para conseguir kief viene siendo el mismo desde hace siglos. Se secan las plantas y se criban con tamices elaborados de materiales diversos, desde la seda hasta el nylon (los hay incluso de acero inoxidable). Dependiendo del tamaño del poro del tamiz, así como de si se usa uno solo o varios de ellos de distintos tamaños, se obtendrá un grado de calidad u otro. Se ata el tamiz a un recipiente que colectará la resina, y se colocan las plantas encima, comenzando el cribado.
Tras unos minutos cribando las plantas (en Marruecos, por ejemplo, las cubren con un plástico y las azotan), se retira la materia vegetal, que posteriormente se volverá a trabajar para conseguir una segunda calidad, algo inferior que la primera. Se retira también el tamiz y se recolecta toda la resina que ha quedado en el recipiente inferior. ¡Ya tenemos un buen puñado de kief!
A partir de aquí, este kief puede envolverse (su naturaleza hará que se apelmace y quede pegado, pero sin oscurecer su color) y conservarse tal cual, curando el kief si se quiere, o puede prensarse mediante una prensa y calor, obteniendo lo que suele conocerse como hachís. Vemos pues que kief y hachís están compuestos exactamente de los mismo, tricomas de cannabis separados de la planta mediante tamices con algún que otro contaminante, como veremos a continuación.
Si tenéis curiosidad sobre los detalles de este proceso, no dudéis en consultar nuestro artículo Cómo hacer hachís casero en seco, estamos seguros de que os aclarará muchas dudas.
Sobre la calidad del Kief
Como hemos visto, el proceso de elaboración del kief es relativamente sencillo. Si se hace bien, se consigue un producto de gran pureza, aunque lamentablemente y debido a lógicos intereses comerciales esto no suele suceder a menos que uno recurra a auténticos artesanos o, directamente, a hacerlo uno mismo.
Mucho del kief disponible presenta presencia de contaminantes, normalmente pequeñas partículas de materia vegetal que se han triturado durante el proceso de cribado y han traspasado el tamiz junto a la resina. Ello explica el color del kief, que en ocasiones es verdoso; cuanta más presencia de materia vegetal contenga, más verdoso se verá. Al contrario, cuanto más dorado y claro sea, menos contaminantes habrá. De esta forma, el productor tendrá que ser muy cuidadoso durante el cribado y trabajar con temperaturas muy bajas para conseguir un kief de auténtica calidad, de lo contrario más y más materia vegetal contaminará su resina.
Además de materia vegetal, el kief puede estar contaminado con polvo (si las plantas o el ambiente de trabajo están sucios, es muy probable), polen de plantas macho o de hermafroditas o pequeños insectos o sus heces en caso de plagas en las plantas procesadas. Si las condiciones de conservación no son las correctas, se pueden incluso desarrollar hongos, aunque esto suele suceder en casos muy extremos.
Otra prueba típica que suele hacerse es acercar una llama al kief para comprobar su reacción al calor y, así, determinar su grado de pureza aproximado. Si al acercar la llama del mechero el kief hierve, significa que contiene gran cantidad de cannabinoides y terpenos. Por contra, si apenas lo hace - o no lo hace - significa que hay gran presencia de contaminantes (ninguno de los contaminantes mencionados hierve al calor) o que debido a diversos factores se han perdido gran cantidad de cannabinoides y terpenos.
Modos de consumir Kief
El kief puede consumirse de formas muy diversas. Ya hemos visto que en Marruecos, uno de los mayores productores mundiales de Kief, suelen fumarlo en largas y finas pipas, en muchas ocasiones mezclado con tabaco o alguna otra planta. También puede mezclarse con tabaco o Cannabis y liarse en cigarrillos, una opción especialmente popular en el sur de Europa. Prensarlo ligeramente con los dedos puede ayudar a consumirlo en algunas ocasiones.
Por supuesto, también pueden utilizarse vaporizadores para resinas o enails, aunque en estos casos es aconsejable que se trate con resinas de primera calidad, sin apenas impurezas. Lo mismo serviría en caso de querer diluir vuestro kief en líquidos como Wax Liquidizer y crear así vuestros propios eliquids psicoactivos.
Así pues, El kief es uno de los más antiguos concentrados (probablemente el segundo tipo de extracción de Cannabis más antiguo tras el "charas"), con algunos siglos de historia en zonas de Asia central y del Próximo Oriente. ¡Y sigue siendo el preferido de muchos!
¡Felices concentrados!