10 mujeres de ayer, hoy y siempre que han dejado huella en la cultura del cannabis

A menudo representamos el consumo de marihuana en la historia como algo exclusivamente masculino, pero nada más lejos de la realidad. Desde los antiguos herbolarios medievales hasta la sociedad de hoy en día, el cannabis se ha utilizado para apoyar el bienestar de las mujeres a lo largo de los siglos.

Y aunque todavía tenemos mucho trabajo por hacer con respecto al estigma y la legalidad de esta planta, hoy os presentamos a 10 mujeres famosas e históricas que usaron el cannabis para cambiar su vida y la de los demás, jugando un papel crucial para sacar a la luz sus muchos beneficios.

Hildegard von Bingen

También conocida como Hildegarda de Bingen, fue una abadesa benedictina alemana del siglo XI, además de escritora, compositora, herbolaria y mística. Una mujer revolucionaria para los estándares de su época que era bien conocida por sus poderes curativos mediante la aplicación práctica de tinturas y hierbas medicinales.

Cultivó 'Cannabus' en su jardín y lo recomendó contra las náuseas y los problemas estomacales. Incluso en uno de sus libros de botánica titulado ‘Physica’, Santa Hildegarda, que fue elevada a los altares en 2012 el Papa Benedicto XVI, dedicó un capítulo sobre las aplicaciones medicinales del cannabis con estas palabras:

Sus semillas son sanas y saludables para que las personas las coman. La planta, también cura úlceras y heridas. Es absorbida fácilmente por el cuerpo y disminuye los malos humores, para que los buenos persistan. Para quien esté sano de cabeza y tenga una mente plena, no daña.

Toda una declaración de intenciones que se remonta a la Baja Edad Media.

Louisa May Alcott

Si estás familiarizado con el libro ‘Mujercitas’ y sus secuelas, es muy probable que conozcas a la autora. Pero lo que quizás no sepas es su experiencia con el hachís. Uno de sus libros publicado en 1869 ‘Perilous Play’ (‘Juego peligroso’) es un cuento en el que un grupo de jóvenes de la alta sociedad disfruta de bombones de hachís.

Durante la narración, uno de ellos describe los efectos a otro:“Una ensoñación celestial se apodera de tu cuerpo, en la que te mueves como en el aire. Todo es tranquilo y hermoso: sin dolor, sin preocupaciones, sin miedo a nada, y mientras dura uno se siente como un ángel medio dormido”. Sin mencionar que la historia termina con esta línea “¡Dios bendiga el hachís, si los sueños terminan así!”. Su descripción de los efectos del hachís ciertamente sugiere una imaginación incomparable o una familiaridad con el cannabis más allá de toda duda.

La Reina Victoria de Inglaterra

Este es uno de los episodios más fascinantes de la historia de la marihuana medicinal: la Reina Victoria, ese símbolo del conservadurismo británico, recibió cannabis como método para aliviar sus dolores menstruales.

Su médico privado y proveedor del cannabis fue Sir J. Russell Reynolds, quien escribió en 1890 que "cuando es puro y se administra con cuidado, [el cannabis] es una de las medicinas más valiosas que poseemos". Sin embargo, se cree que la reina Victoria no fumaba: Reynolds, al parecer, pudo haberle recetado tintura de cannabis, concentraciones líquidas de la planta que era la forma más común de administrarla en ese momento. Solo podemos esperar que el cannabis hubiese ayudado a Victoria a salir de sus dificultades para poder seguir conquistando algún que otro continente para su Imperio.

Maya Angelou

Una de las autoras y poetas más célebres del siglo XX, e icono de los derechos civiles, tenía mucho que decir y no se iba a quedar callada cuando se trataba de contar sus experiencias de vida con la marihuana. Y es que Maya Angelou había tenido una larga relación con la planta en sus primeros años, hasta el punto que le atribuye haberla ayudado a superar su trauma infantil. Y lo documentó extensamente en su segunda autobiografía, ‘Gather Together In My Name’. “De una rigidez natural, me fundí en una tolerancia sonriente.

Caminar por las calles se convirtió en una gran aventura, comer las grandes cenas de mi madre en un entretenimiento opulento, y jugar con mi hijo en una hilaridad desgarradora. Por primera vez, la vida me divirtió”. Y es que cuando se trataba de "Mary Jane, hachís, hierba, marihuana", "no tenía miedo en absoluto" y contaba todo, desde lo bien que le había sabido la comida hasta las largas caminatas que hacía mientras estaba colocada.

Billie Holiday

La cantante estadounidense de jazz, considerada una de las voces femeninas más importantes e influyentes de este género musical, también era una mujer orgullosa de su relación con el cannabis. Solía tomar taxis entre los descansos de las actuaciones de su club para fumar marihuana, porque fumar dentro o alrededor del local era demasiado arriesgado.

Fue infamemente perseguida por el "primer zar antidrogas" de Estados Unidos, Harry Anslinger, el primer Comisionado de la Oficina Federal de Narcóticos (ahora la DEA). Anslinger odiaba el jazz y la música negra en la que "los antiguos ritos indecentes de las Indias Orientales resucitan", como decía uno de sus memorandos internos. Testificó ante el Congreso que "los negros con labios grandes atraen a las mujeres blancas con jazz y marihuana".

Billie Holiday se convirtió en el enemigo público Nº1 en su lucha por satanizar las drogas y a sus usuarios, aprovechando la adicción a la heroína de Holiday. En 1947, Anslinger logró arrestarla por un cargo de narcóticos y quitarle la licencia para actuar. Murió despojada de la fama, convirtiéndose en una de las primeras víctimas de la guerra contra las drogas.

Su autobiografía contiene una de las primeras súplicas para humanizar a los adictos que Anslinger y sus políticas intentaron demonizar: “Imagínese si el gobierno persiguiera a las personas enfermas con diabetes, pusiera un impuesto a la insulina y la llevara al mercado negro... y luego los enviara a la cárcel. ... Hacemos prácticamente lo mismo todos los días a los enfermos drogadictos”.

Margaret Mead

La influyente antropóloga estadounidense soportó en 1969 una gran tormenta mediática en la que la tildaron como "drogadicta", tras comparecer en el Senado estadounidense para pedir la legalización de la marihuana. Parte de su testimonio, que incluye reflexiones sobre otras sociedades que usaban cannabis y afrontaba preocupaciones sobre el cannabis como una "droga de entrada", fue la poderosa declaración:

Creo que estamos dañando a este país, dañando nuestra ley, dañando la confianza entre las personas mayores y las personas más jóvenes por esta prohibición; y esto es mucho más grave que cualquier daño que se pueda causar a unos pocos usuarios excesivos, porque cualquier tipo de uso excesivo puede dañarles.

La indignación fue predecible y, francamente, un poco hilarante: hubo columnistas que afirmaron que Margaret había “abogado por la heroína para los niños”, mientras que el Gobernador de Florida le llamó "vieja sucia".

Así se las gastaban en aquellos años dorados de la prohibición.

Mary Jane Rathbun

Conocida como ‘Brownie Mary’, era una activista del cannabis medicinal y voluntaria del Hospital General de San Francisco que se hizo conocida en las décadas de 1980 y 1990 por distribuir ilegalmente bizcochos de marihuana a pacientes con SIDA, para ayudarles a aliviar sus náuseas y dolores. Su amabilidad con estos pacientes que vivían sin apoyo médico, psicológico o social le convirtió en una heroína para la comunidad gay de San Francisco. Pero Mary Jane Rathbun no se detuvo en solo, bueno, cocinar brownies de marihuana.

En 1991 hizo campaña con éxito por la aprobación de la Proposición P en San Francisco, que recomendaba que el estado de California restaurara la marihuana en la lista de medicamentos disponibles. Al año siguiente, ayudó a su amigo y defensor de la marihuana medicinal, Dennis Peron, a abrir el primer dispensario médico del país: el Club de Compradores de Cannabis de San Francisco.

Mary Rathbun no solo era defensora del cannabis, sino también una gran consumidora. Todas las mañanas comía medio brownie que había hecho con marihuana donada por cultivadores locales. El resto lo comía por la noche para aliviar su artritis y la incomodidad de vivir con dos rodillas artificiales. Y a pesar de múltiples arrestos, siguió siendo una activa defensora de las propiedades medicinales de la marihuana hasta el día de su muerte, lo que le valió a Rathbun su famoso apodo: ‘Brownie Mary’.

Susan Sontag

Al igual que otras famosas autoras que aparecen en esta lista, Susan Sontag fue una escritora muy adelantada a su tiempo que hizo carrera en la crítica cultural y no tuvo reparos en usar su voz para hablar de temas que otros escritores no se atrevieron a abordar, incluida la Guerra de Vietnam, la Guerra de Bosnia o la epidemia del SIDA. Y a pesar de que no escribía colocada (Susan Sontag dijo una vez que para escribir, la marihuana le relajaba demasiado y ella prefería un poco de velocidad) también fue una defensora acérrima y de largo recorrido de los beneficios del cannabis y, a menudo, incluso denunció otras drogas como el alcohol. Sontag, quien falleció en 2004, siempre fue muy obstinada y en una famosa entrevista de 1973 con High Times, Sontag afirmó:

Creo que la marihuana es mucho mejor que el licor. Creo que una sociedad que es adicta a una droga muy destructiva e insalubre, a saber, el alcohol, ciertamente no tiene derecho a quejarse o ser mojigato o censurar el uso de una droga que es mucho menos dañina.

Dra. Cristina Sánchez

Pero también tenemos en nuestro país referentes femeninos que han hecho mucho por llevar a la marihuana hacía un paradigma mejor. De hecho, uno de los nombres más destacados de la escena mundial de la marihuana medicinal es la doctora Cristina Sánchez, una bióloga molecular de la Universidad Complutense de Madrid que descubrió las propiedades antitumorales del cannabis.

Desde los años 90, su interés se ha centrado en el estudio y las aplicaciones del cannabis y los cannabinoides en el aspecto terapéutico y ha participado en algunas de las líneas de investigación más importantes que se han dado en nuestro país, sobre todo remarcando el potencial del THC como tratamiento oncológico: “Una de las ventajas de los medicamentos a base de cannabinoides es que se dirigen de manera específica a las células tumorales y no tienen ningún tipo de efecto tóxico sobre las células no tumorales”, suele explicar. Sin duda, una verdadera pionera que ya hablaba del potencial terapéutico del cannabis hace diez años. Hoy, es la Secretaria General del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OEDCM).

Fernanda de la Figuera

Y terminamos con la también conocida como la ‘Abuela Marihuana’ por su histórico activismo por la legalización del consumo de cannabis desde hace más de 30 años. En 1995, la Guardia Civil registra la pequeña huerta de Fernanda, incautándose de la marihuana plantada, junto a tomates y maíz. A la finalización del juicio, la sentencia, que reconoce el valor terapéutico de sus cultivos, exculpa y absuelve a Fernanda de la Figuera, incluyendo un permiso legal para cultivar cannabis en su propiedad que la convierte de facto en la primera cultivadora autorizada de nuestro país.

Su incansable lucha ha sido reconocida incluso más allá de nuestras fronteras y es la única persona en España galardonada con el Cannabis Culture Awards. Además, Fernanda fue socia fundadora y Presidenta (la primera mujer en España que presidía una asociación) de la Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis de Andalucía (ARSECA); y también fundadora del primer partido político cannábico, el Partido Cannabis por la Legalización y la Normalización (PCLYN) y de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC).

A pesar de su avanzada edad y su delicado estado de salud, e incluso de haber sido condenada a 9 meses de prisión a finales de 2019 cuando le requisaron las plantas de su huerto con las que se abastecían más de un centenar de socias de una asociación de mujeres, sigue luchando a día de hoy, siempre defendiendo a las personas consumidoras. Todo un ejemplo de activismo y el colofón perfecto para esta lista de mujeres empoderadas que siempre han llevado al cannabis en lo más profundo de su ser.