El cultivo orgánico y sus beneficios
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En un mundo donde la sostenibilidad y la salud son prioridades crecientes, el cultivo orgánico se presenta más que nunca como una alternativa tan útil como necesaria. Esta práctica no solo promueve alimentos y productos más saludables, sino que también protege nuestro entorno y mejora la calidad del suelo, de manera que en posteriores cultivos la calidad no se verá comprometida.
A medida que crece la demanda de productos orgánicos, es esencial comprender qué implica realmente el cultivo orgánico y por qué es una opción muy a tener en cuenta tanto para los agricultores como para los consumidores. Hoy te contamos todo sobre este método de cultivo y sus principales ventajas.
¿Qué es el cultivo orgánico?
El cultivo orgánico es un sistema agrícola que evita el uso de productos químicos sintéticos, como pesticidas y fertilizantes artificiales. En su lugar, se basa en prácticas naturales que promueven la salud del suelo y la biodiversidad, como la rotación de cultivos, el compostaje, la alelopatía o el uso de abonos orgánicos y prevención de plagas ecológica.
Este enfoque busca mantener un equilibrio ecológico entre el cultivo y su entorno, fomentando la interacción armoniosa entre plantas, animales y microorganismos. Además, el cultivo orgánico respeta los ciclos naturales y minimiza el impacto ambiental, contribuyendo a la sostenibilidad a largo plazo. Por último, y en el caso particular del cannabis, es la manera de conseguir los mejores sabores y aromas tanto en cogollos como en extracciones de resina, creando un abanico de terpenos rico e intenso que te permite conocer el auténtico potencial que tienen tus plantas.
Beneficios del cultivo orgánico para las plantas, el consumidor y el medio ambiente
Como decimos, cultivar siguiendo métodos orgánicos conlleva una serie de beneficios de no poca importancia, desde un mejor sabor y aroma hasta una mayor sostenibilidad o un menor impacto en el medio ambiente. Aquí te presentamos algunas de las principales ventajas de esta técnica:
Para las plantas:
- Mayor resistencia a plagas y enfermedades: Un suelo saludable y equilibrado fortalece las defensas naturales de las plantas. Por ejemplo, añadir vida microbiana al sustrato mejora ostensiblemente la resistencia frente a plagas tan temidas como el fusarium o el pythium.
- Desarrollo de sistemas radiculares más fuertes: Mejora la absorción de nutrientes y agua, promoviendo un crecimiento vigoroso y una floración exuberante.
Para el consumidor:
- Alimentos y productos libres de residuos químicos: Reduce la exposición a sustancias potencialmente nocivas, así como la necesidad de realizar lavados de raíces para evitar acumulaciones de sales en el sustrato.
- Productos con mayor contenido nutricional y sabor más intenso: En la gran mayoría de los casos, el sabor y aroma de los cogollos de cannabis presentan mejores cualidades organolépticas que en el caso de usar abonos minerales, algo que también influye a la hora de elaborar concentrados de resina como hachís o Rosin.
Para el medio ambiente:
- Reducción de la contaminación del suelo y el agua: Al evitar el uso de productos agroquímicos, se potencia la fertilidad del suelo y la reproducción de los microorganismos beneficiosos para las plantas.
- Conservación de la biodiversidad: Fomenta hábitats naturales y prácticas agrícolas sostenibles, que potencian la actividad de la vida microbiana y de otras plantas que pueden tener un impacto positivo en el cultivo, como las plantas alelopáticas o los cultivos de cobertura.
Cultivo orgánico y vida microbiana
La vida microbiana o microvida del suelo es fundamental en el cultivo orgánico; los microorganismos, como bacterias y hongos beneficiosos, desempeñan un papel crucial en la descomposición de materia orgánica y la liberación de nutrientes esenciales para las plantas, siendo además una pieza clave en la llamada cadena alimentaria del suelo. Por decirlo de alguna forma, estos organismos son los encargados de "preparar" la comida de tus plantas a partir de los ingredientes que has aportado, es decir, los abonos.
Además, estos microorganismos ayudan a mejorar la estructura del suelo, aumentando su capacidad de retención de agua y aireación. Un suelo rico en vida microbiana es más fértil y resiliente, lo que se traduce en cultivos más saludables y productivos. Por último, y como ya te hemos adelantado, el uso de determinados hongos beneficiosos reduce en gran medida la aparición de hongos patógenos que atacan a las raíces y que pueden dar al traste con tus plantas en tiempo récord.
Living Soil: el alma del cultivo orgánico
El concepto de Living Soil o suelo vivo es una evolución del enfoque orgánico tradicional. No se trata solo de evitar químicos, sino de crear un ecosistema subterráneo autosuficiente, rico en vida microbiana, materia orgánica y organismos beneficiosos como lombrices, micorrizas y nematodos. Además, un suelo correctamente preparado te permite usar sólo agua para regar, con las ventajas que ello implica en cuanto a comodidad y sostenibilidad.
Un suelo vivo se nutre y regenera por sí mismo, lo que reduce la necesidad de fertilizantes externos. Además, este tipo de suelo mejora la retención de agua, potencia la biodiversidad y favorece el desarrollo de plantas más sanas y resistentes. En definitiva, el Living Soil es la versión más sofisticada y natural del cultivo ecológico. Tienes toda la información que necesitas sobre esta interesante técnica en el siguiente post:
Living soil o suelo vivo, ¿qué es y cómo prepararlo?
El living soil es un sistema de cultivo que durante los últimos años ha visto multiplicado su número de aficionados en todo el mundo. Además de ser especialmente respetuoso con el medio ambiente reduciendo el uso de abonos y pesticidas, este método te ofrece plantas con unas propiedades organolépticas de primer nivel. Hoy te contamos qué es exactamente un living soil y cómo puedes prepararlo y empezar a disfrutar de sus ventajas.
Cómo utilizar los abonos orgánicos
El uso adecuado de abonos orgánicos es clave para obtener los mejores resultados. Existen diferentes tipos de abonos y su aplicación depende del tipo de cultivo, la fase de desarrollo y las características del suelo.
Tipos de abonos
Principalmente, encontrarás abonos orgánicos de dos tipos, en formato líquido o sólido. Ambos son igualmente eficaces, por lo que elegir uno u otro depende básicamente de tus preferencias. Si vas a preparar un living soil o un super soil orgánico, te recomendamos los sólidos, mientras que si quieres tener un control total sobre los nutrientes suministrados en cada riego, los líquidos serán la mejor opción.
- Abonos orgánicos líquidos: Se disuelven fácilmente en el agua de riego y son ideales para aplicar nutrientes de forma rápida y eficiente. Recomendables en fases de crecimiento activo o floración, así como en el caso de muchos aditivos, que suelen encontrarse en este formato.
- Abonos orgánicos sólidos o granulados: Se aplican directamente al suelo y liberan nutrientes de forma lenta y sostenida. Son excelentes para enriquecer el sustrato al inicio del cultivo o como fondo nutritivo, y además te permiten regar sólo con agua durante semanas, sin tener que preocuparte por preparar soluciones nutrientes con abonos líquidos. Si durante el cultivo observas alguna carencia de nutrientes que deba corregirse rápidamente, siempre puedes usar algún abono líquido durante unos cuantos riegos para solventar el problema en unos pocos días.
Frecuencia de uso
- La mayoría de los abonos orgánicos líquidos se aplican una vez por semana durante la fase de crecimiento y floración, ajustando la dosis según la respuesta de las plantas. En caso de observar carencias de algún nutriente puedes subir la concentración de abonos cuando riegas, o incrementar la frecuencia de uso de los abonos (por ejemplo, abonando un par de veces a la semana en lugar de sólo una).
- Los abonos sólidos se suelen aplicar al principio del ciclo de cultivo o como refuerzo mensual. En ocasiones, y al empezar la floración, puede que quieras añadir algún nutriente sólido específico para mejorar el desarrollo de los cogollos durante esta importante etapa.
Consejo clave:
En cuestión de abonos, siempre es mejor quedarse corto que pasarse. Aunque los abonos orgánicos son menos agresivos que los químicos, un exceso puede desequilibrar el suelo y causar síntomas visibles en tus plantas, como hojas en forma de garra de un color verde oscuro. Observa tus plantas y adapta las dosis y la frecuencia de abonado según sus necesidades.
Principales marcas de abonos orgánicos
En el mercado existen diversas marcas que ofrecen abonos orgánicos de alta calidad. Algunas de las más reconocidas y que puedes encontrar en nuestro catálogo son:
- Biobizz: Especializada en abonos y sustratos 100% orgánicos certificados, Biobizz es una marca destacada en la agricultura ecológica y sostenible.
- Canna (línea BIOCANNA): Esta línea de productos 100% orgánicos está desarrollada especialmente para el cultivo en tierra. Los fertilizantes BIOCANNA están certificados como orgánicos y no contienen residuos animales, lo que garantiza un cultivo limpio y sostenible.
- Plagron: Ofrece una gama de fertilizantes orgánicos certificados, como Alga Grow y Alga Bloom, elaborados a base de extractos de algas y otros ingredientes naturales.
- Guanokalong: Famosa por sus abonos a base de guano de murciélago, una fuente rica y natural de fósforo y otros nutrientes esenciales. Encontrarás productos Guanokalong tanto en formato líquido como sólido.
- Biotabs: Conocida por su sistema de fertilización sólida en tabletas, Biotabs ofrece soluciones prácticas y eficientes para el cultivo orgánico a largo plazo. Biotabs también cuenta con una gama de aditivos en formato líquido para sacar el máximo partido a tus plantas.
Estas marcas han sido seleccionadas por su compromiso con la calidad y la sostenibilidad, ofreciendo opciones efectivas para quienes buscan prácticas agrícolas más responsables.
Tips y consejos sobre cultivo orgánico
Si te apetece investigar más sobre este método, aquí te dejamos una serie de técnicas que puedes aplicar para mejorar la eficiencia de tu cultivo aún más:
- Rotación de cultivos: Alternar diferentes tipos de plantas en el mismo terreno ayuda a prevenir enfermedades y mejora la salud del suelo.
- Compostaje: Utilizar restos orgánicos para elaborar compost enriquece el suelo con nutrientes esenciales.
- Control biológico de plagas: Fomentar la presencia de insectos beneficiosos, como mariquitas y abejas, ayuda a mantener el equilibrio del ecosistema y controlar las plagas de forma natural.
- Uso de abonos y aditivos orgánicos: Aplicar fertilizantes y suplementos naturales mejora la fertilidad del suelo sin los efectos negativos de los productos químicos sintéticos. Y recuerda: más no tiene por qué ser mejor, así que procura no pasarte nunca de la dosis recomendada por el fabricante.
- Monitoreo del pH del suelo: Mantener un pH adecuado es crucial para la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Por ejemplo, si observas carencias de nutrientes o un desarrollo pobre durante las primeras semanas de cultivo, probablemente sea más una cuestión de pH que de falta de nutrientes. Muchos cultivadores añaden dolomita para ajustar el pH del suelo y evitar futuros problemas.
Vermicompost: qué es y como prepararlo
El vermicompost es un fertilizante 100% orgánico obtenido mediante la descomposición de materia orgánica por parte de lombrices rojas. Su alta calidad como abono y mejorador del suelo hacen de él un estupendo aliado ya sea en el jardín, en el huerto o en el campo. Hoy te contamos qué es, cómo se produce y cuales son sus principales usos y características.
Como ves, el cultivo orgánico representa una alternativa viable y beneficiosa frente a la agricultura convencional, donde en muchos casos se abusa del uso de abonos minerales. Al centrarte en prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, no solo obtienes productos más saludables y de mejor calidad, sino que también contribuyes a la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.
Adoptar el cultivo orgánico es un paso hacia un futuro más sostenible, donde la salud del planeta y de sus habitantes es una prioridad, y además sin renunciar a la calidad ni a la cantidad del producto que conseguirás en ningún caso, ya hablemos de sabrosos tomates como de aromáticos cogollos. ¡Nosotros al menos lo tenemos muy claro!
¡Feliz cosecha!