¿Por qué cultivar semillas regulares?
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La marihuana regular y sus inicios
El cannabis es una planta milenaria que lleva conviviendo con la especie humana durante miles de años. Estudios sobre la planta argumentan que su inicio se originó en China y que a partir de este punto inicial la planta fue colonizando el mundo lentamente pero de manera constante hasta llegar a los 4 continentes usando para expandirse la ayuda de los animales, viajeros, mercancías, guerras, etc.
Todo este movimiento cannábico hizo que las plantas de marihuana tuvieran que adaptarse a las diferentes variaciones climáticas allá donde se exportaba, generación tras generación.
Durante este proceso de expansionismo cannábico la planta año a año se fueron cruzando con otras plantas de marihuana adaptadas a otras regiones con lo que surgieron nuevas genéticas que con el paso de los años han ido estableciéndose poco a poco como cannabis regional.
Con el objetivo de mantener la especie y tener más semillas para su cultivo se realizaban cruces de un modo endogámico. Siempre se cruzaban las plantas de la misma familia sin aportar nuevos genes pero a la vez se iba depurando la raza, quitando por ejemplo los rasgos cannábicos hermafroditas que muchas genéticas contenían.
Son muchos los países donde ahora se puede encontrar cannabis llamado landrace o regional como es el caso de Afganistán, Thailandia, Laos, México, Pakistán, Colombia, entre muchos otros más.
A medida que el hombre pudo ir recogiendo semillas de cada rincón del planeta se fueron creando nuevas cepas. En esta ocasión y ya en una época mucho más contemporánea a nuestros días empezaron a surgir los breeders, quienes eran en un inicio cuidadores de plantas. Los primeros cruces tal y como los conocemos a día de hoy no se dieron hasta bien entrado el siglo XX de la mano de los primeros bancos de semillas y comunidades de cultivadores que se establecieron en Holanda, USA, Canadá, entre otros.
La marihuana regular, el inicio de toda planta feminizada
La marihuana regular permite al cultivador de semillas tener una gran diversidad genética. Al ser plantas que contienen muchos genes procedentes de diferentes regiones del planeta también pueden ser muy diferentes entre ellas, aun habiendo un estándar en el genotipo de la semilla, un claro ejemplo es la marihuana Skunk la cual se compone de genes procedentes de cepas que se recogieron en Afganistán, México y Colombia.
Estas diferencias entre plantas hermanas sirve para poder seleccionar aquellos rasgos genéticos que más gustan y para establecerlos como características estables de una variedad.
Esta gran diversidad aporta diferentes sabores, olores, resistencia, tamaños, tipos de hoja, estructura de planta, tiempo de floración, tipo de efecto y muchas otras características del cannabis.
Al usar las semillas regulares lo que el cultivador hace es abrir una puerta a poder descubrir nuevas características como sabores y olores diferentes, mejorar producciones, resistencia, etc, lo que hace que el mundo del cannabis pueda seguir avanzando sin estancamientos.
De todos estos cruces podemos poner varios ejemplos como es el caso de la marihuana Blue o Haze las cuales son ya consideradas familias genéticas por antonomasia de las cuales han surgido varios fenotipos que han sido estandarizados con unas características muy parecidas entre todas sus plantas hermanas.
Estas plantas, las selecciones, finalmente a día de hoy han sido feminizadas mediante técnicas actuales lo que hace que no hayan plantas macho y tan solo se cultiven hembras con unas características muy concretas.
Estas plantas están muy bien para ser cultivadas en interior o exterior porque aportan una estabilidad que las regulares muchas veces no pueden tener o les cuesta de mantener pero con ellas no habrá muchas variaciones de sabor, efecto, potencia, vigor, etc.
Cuando se cultivan regulares es cuando el cultivador ve por si mismo el potencial que puede ofrecer una cepa en concreto. Por ejemplo, la marihuana Skunk conocida a nivel mundial, creada de la mano de Sam Skunkman, si se cultiva en formato regular se pueden llegar a encontrar los diferentes fenotipos que podemos encontrar ahora en formato feminizado como por ejemplo la Cheese, la Orange Bud, Exodus Cheese, entre otras.
A partir del cultivo de las regulares se pueden encontrar fenotipos que se pueden seleccionar y posteriormente realizar con ellas nuevas cepas como es el caso de las cepas procedentes de la familia Chemdog, Blue, Purple, White, etc.
La planta macho tiene una gran carga genética que transmite a sus descendientes, por ello es tan importante seleccionar plantas hembra como machos aunque siempre es más complicado encontrar un buen macho que una buena hembra. Podemos ver las claves y trucos que usa el breeder de TGA Subcool y la importancia de un buen macho.
Los machos deben cumplir unos requisitos mínimos que aseguren que las posteriores generaciones mejoren las características de sus ancestros, de modo que podemos decir que sin los machos podríamos solo estar hablando de unas pocas genéticas en el mercado ya que no habría mucha diversidad donde seleccionar, siempre sería lo mismo, que es lo que está ocurriendo con las cepas feminizadas, ya que muchos bancos usan las mismas cepas para crear sus genéticas.
Cultivar semillas regulares en interior
El cultivo de plantas regulares en interior se puede realizar igual que las con las plantas feminizadas y obtener de este modo un cultivo productivo sin problema y con la posibilidad de guardar algunas de las mejores cepas que hayamos cultivado.
Con estas cepas se pueden hacer plantas madre y reproducirla mediante esquejes para poder cultivarla cuando uno lo requiera. Incluso si se encuentra un macho que vale la pena siempre se puede incluso realizar una polinización controlada para poder sacar unas pocas semillas y crear nuevas genéticas en casa, poder cultivarlas y seleccionarlas encontrando nuevos sabores, olores y efectos.
Una manera sencilla y rápida de cultivar plantas regulares es poner todas las semillas regulares en el armario y en maceta pequeña tipo sog. Al cabo de unas semanas de crecimiento las plantas se pueden poner a floración y en el momento que aparece el sexo de la planta podemos retirar los machos y dejar solo las hembras.
En el momento de sacar los machos se puede proceder al trasplante de las plantas hembras que hayan quedado en el cultivo. Al realizar este trasplante cuando la planta ya ha entrado en el periodo de floración el stretching ya no crecerá tanto como si el trasplante se hubiera realizado antes de cambiar el fotoperiodo de crecimiento a floración.
Para acompañar el cultivo de plantas regulares y rellenar los huecos que quedan tras sacar los machos es interesante poner algunas semillas feminizadas al inicio del cultivo para que todas las plantas crezcan con el mismo ritmo de cultivo. De este modo tendremos una buena cosecha aunque hayan que sacar alguna planta macho del armario de cultivo.
Ventajas de las plantas de marihuana regulares
- Variedad en sabores y olores
- Realizar plantas madre para sacar esquejes
- Selección del fenotipo que más gusta o representa la variedad
- Posibilidad de realizar semillas caseras
- Conocimiento de la planta de cannabis
- Respeto a la naturaleza de la planta
Cultivar plantas regulares en exterior
En exterior está claro que también se pueden plantar cepas de cannabis en formato regular. El proceso es el mismo que con el de las semillas feminizadas con la contra de que no sabremos cuantas hembras tenemos hasta que aparezcan las preflores. Aunque cabe destacar que hay un modo muy sencillo para no tener que esperar tanto para saber el sexo de la planta.
En caso de querer saber el sexo de la planta se puede hacer un esqueje de ella y ponerlo a enraizar directamente al periodo de floración, en interior, para que a medida que vaya enraizando también vaya cambiando el metabolismo y en pocos días tras el enraizado ver la aparición de las preflores de la planta para determinar su sexo.
Tras saber de cuantas plantas hembras disponemos podemos optar o por germinar más o usar aquellos esquejes que hemos realizado para poder sustituir los machos desechados por los esquejes y así seguir con el mismo número de plantas que se quería cultivar en un inicio.
Cuando cultivamos plantas en formato regular podemos contemplar que más o menos la mitad de las semillas plantadas serán macho. Es posible que haya ocasiones en que por ciertas circunstancias salgan más hembras que macho o viceversa.
No hay estudios que expliquen el porqué una planta tiende a ser macho o hembra, pero sí que creemos que hay varios factores que pueden hacer que la planta ayude a declinarse como cepa hembra o macho.
¿Es posible tener más plantas hembra que macho con semillas regulares?
Por propias experiencias en el cultivo podemos comentar, que no certificar, que cuando las plantas durante sus primeros dos meses de vida tienen unas condiciones de cultivo adecuadas a sus necesidades, humedad alta, temperaturas de unos 24-26º, sol directo máximo de horas al día, sin carencias ni excesos, sin estrés, la ratio de plantas hembra suele ser superior a la de los machos.
Al cultivar plantas de marihuana resistentes en todos los sentidos, las ratios de plantas hembra son mayores que las cepas que son de por si un poco más delicadas. Las plantas que sean más susceptibles a excesos de abonos o requieran de más horas de sol o de una temperatura más elevada siempre pueden tender a crear más planta macho. El porqué no lo sabemos del cierto porque nadie lo ha corroborado pero deducimos que posiblemente podría simplemente tratarse de una manera de hacer perdurar la especie ante un ambiente de cultivo agresivo.
Pongamos un ejemplo de las plantas de marihuana thailandesas las cuales están acostumbradas a una climatología muy específica. En caso de que estas plantas no hayan sido muy bien aclimatadas al otro clima donde se vayan a cultivar, las plantas sufrirán un estrés simplemente porque se encuentran fuera de su hábitat natural con el que tantos años llevan conviviendo sus antiguas generaciones. Al usar estas plantas fuera de su paraíso idílico aparecen los problemas de falta de aclimatación hasta que esta acaba por acostumbrarse al nuevo emplazamiento de cultivo y con ello a las nuevas condiciones de vida.
Pero, aparte de la climatología también entra las necesidades de nutrición de la planta. Unas cepas que procedan de lugares donde la disponibilidad del alimento sea limitado si las plantamos en una tierra rica en abono, estas se sobre fertilizarán mucho más rápido que otras cepas que proceden de lugares donde el sustrato es muy rico en fertilizante y viceversa.
Entonces ¿cómo procurar que usando semillas regulares salgan el menor número de macho posible? La respuesta teniendo en cuenta el razonamiento anterior sería que en primer lugar se deberían germinar las semillas cuando las temperaturas en el exterior sean suaves y haya una buena humedad ambiental. Las horas de sol durante el día sean más de 15 y tengan a su vez una buena exposición solar que permita un buen crecimiento. Reducir al máximo los posibles estreses que puedan afectar a la planta y luego ya solo queda esperar a tener suerte y que la fuerza nos acompañe y salgan más hembras que macho.
Un 100% de plantas hembra no se conseguirá ya que la especie debe seguir adelante y si o si saldrá alguna planta macho, pero seguramente siguiendo estos consejos salgan más hembras que machos y podáis disfrutar de más plantas para realizar una buena selección para encontrarla mejor hembra del paquete de semillas.
Así pues el cultivo de cepas de cannabis regular es más que factible y no hay porque asustarse en caso de ver unas plantas macho, estas tan solo las tiramos a la basura y seguimos con las hembras para descubrir nuevos sabores, olores, efectos y como no nuevas genéticas de cannabis, recordad que siempre hay una semilla regular detrás de una feminizada.