El mundo de las extracciones y concentrados de cannabis, ya sean hechos con o sin solventes, está viviendo un momento dulce entre los usuarios alrededor del mundo. Uno de estos concentrados, el conocido BHO (Butane Honey Oil), se ha hecho especialmente popular entre los amantes del dabbing, principalmente por dos motivos: por un lado, la calidad de este extracto - cuando se realiza correctamente - es excelente, con altísimas concentraciones en cannabinoides y ningún resto de materia vegetal. Por otro lado, esta técnica de extracción ofrece un rendimiento también sobresaliente, consiguiendo concentrar un porcentaje elevadísimo de los cannabinoides, terpenos, flavonoides, etc. contenidos en la resina de las plantas de marihuana.
Extracción de BHO y purga al vacío
Sin embargo, el método de extracción de resina con butano presenta también dos grandes desventajas: la primera de ellas tiene que ver, lógicamente, con la seguridad. Utilizar gas butano puede ser muy peligroso si no se tiene claro lo que se está haciendo, pues se trata de un hidrocarburo saturado altamente inflamable que, como muchos ya sabréis, ha causado ya más de una desgracia debido a una incorrecta manipulación. La segunda gran desventaja, ésta compartida con todas las extracciones hechas con solvente, es precisamente el purgado del solvente, es decir, remover la sustancia que hemos utilizado para obtener el extracto (en este caso, butano) del extracto en sí.
Los maestros extractores pronto se dieron cuenta de que la mejor manera de obtener resultados excelentes es utilizando sistemas de extracción de circuito cerrado y sistemas de purgado que incluyen bombas y hornos de vacío. Pero, ¿qué son exactamente estos aparatos y cómo nos ayudan a purgar el BHO?
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